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Cuba fue determinante en el acuerdo de paz de Colombia

Cuba revalidó su presencia internacional al ser sede y garante de las fructíferas conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para poner fin al conflicto bélico, en momentos en los que los gobiernos progresistas de la región se encuentran en franco retroceso.

La foto del apretón de manos entre el presidente colombiano Juan Manuel Santos y el jefe guerrillero Timoléon Jiménez (Timochenko), con el presidente cubano Raúl Castro en el centro, los tres de simbólicas camisas blancas, fueron el centro de las miradas de todo el mundo el jueves y el viernes.

Santos y Timochenko sellaron el jueves en La Habana importantes acuerdos sobre el cese al fuego definitivo, abandono de armas y ratificación del acuerdo final, los temas más espinosos que restaban para un pacto final. Esos textos coronan tres años y medio de negociaciones en Cuba entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC, iniciadas en noviembre de 2012.

Como Cuba, Noruega fue garante del proceso de paz en Colombia, y Venezuela y Chile acompañantes. Sin embargo, La Habana fue el lugar elegido para llevar a cabo las negociaciones debido a que tuvo un papel mediador entre insurgentes y gobiernos colombianos en ocasiones anteriores.

 

De guerrillero a estadista de paz

Enfundado en su camisa blanca y con el aplomo de un estadista de 86 años, la imagen de Raúl Castro dista de la del joven jefe guerrillero que secundó a su hermano Fidel en la guerrilla en Cuba (1956-59). Desde que asumió el poder en 2008, Raúl demostró capacidades pragmáticas en busca de un despegue económico del país en condiciones de paz y sin renunciar a un rol regional.

En 2014, como presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), primer foro regional sin Washington, Raúl promovió que América Latina se proclamara “zona de paz”, frente a un Estados Unidos todavía adverso.

En febrero pasado, Cuba fue anfitrión de otro evento histórico, cuando el patriarca ortodoxo ruso Kirill suscribió en La Habana un acuerdo con el Papa Francisco, que zanjó el cisma de 1054 entre las dos iglesias.

Ahora numerosos gobiernos, entre ellos el de Estados Unidos, país con el cual Cuba restableció relaciones en julio de 2015, han reconocido el papel de La Habana en la búsqueda de la paz de Colombia.

El negociador por el gobierno colombiano Humberto de la Calle dijo el viernes que el Ejecutivo de Santos tiene “un enorme reconocimiento” por la ayuda de la isla. “Luego necesariamente tendremos un gesto claro frente a Cuba al momento de terminar las conversaciones”, señaló.

Para Cuba poco determina si el acuerdo final de paz se firma en Colombia, como quiere Santos, o en La Habana, como desean las FARC. La Habana ya logró un importante acierto político.

 

Fuente: Noticias Argentinas

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