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Trump carga contra China y dice que hará “respetar las reglas del juego”

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, prometió que China empezará a “respetar las reglas del juego” cuando él llegue a la Casa Blanca el próximo 20 de enero, días después del incidente que protagonizó con el gigante asiático por su contacto diplomático con Taiwán.

“China es responsable de casi la mitad de nuestro déficit comercial y China no es una economía de mercado, ellos no respetan las reglas del juego y llegó el momento de que lo empiecen a hacer. Lo tienen que hacer”, afirmó Trump anoche en un acto en Des Moines, estado de Iowa.

Para el presidente electo, China tiene “una deuda masiva a la propiedad intelectual”, “impone impuestos injustos” a las empresas estadounidenses, “no ayudan con Corea del Norte como deberían” y tampoco respetan las reglas del juego al devaluar su moneda y practicar el “dumping” o competencia desleal.

“Aparte de esto han sido maravillosos”, ironizó Trump en el acto, en el que festejó su primer mes como presidente electo de Estados Unidos tras derrotar inesperadamente a la demócrata Hillary Clinton el 8 de noviembre. En Iowa, considerada el termómetro electoral del país, el magnate inmobiliario logró una holgada victoria al aventajar por cerca de diez puntos a Clinton. Sobre el escenario de Des Moines, Trump apareció junto al gobernador de Iowa, Terry Branstad, cuya fidelidad premió esta semana con la Embajada estadounidense en China, informó la agencia EFE.

Branstad, quien considera al presidente chino, Xi Jinping, como un “viejo amigo”, tiene el encargo de Trump de “mejorar” las relaciones entre Washington y Beijing con base en el “respeto mutuo” y el “beneficio mutuo”.

“Cuando pensé en el embajador en China, mucha gente quería ese cargo. Ustedes lo saben, no es un mal cargo, uno vive como un rey. Pero él no quiere vivir como un rey, quiere trabajar en esa relación”, dijo Trump en alusión a Branstad, del que se mostró confiado en que “logrará resultados”.

La tarea asignada a Branstad no es sencilla puesto que la relación entre Trump y Beijing empezó con mal pie después de que el presidente electo habló por telefóno con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, en el primer contacto a ese nivel desde que Washington rompió sus relaciones diplomáticas con Taipei en 1979.

Esa llamada causó malestar en China que pidió explicaciones a la Casa Blanca y forzó a la administración del todavía presidente, Barack Obama, a recordar que el único gobierno chino al que reconoce Washington es el de Beijing.

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