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Nadie del kirchnerismo pregunta por Milani

César Milani pasa sus primeros días detenido en un pabellón especial de una unidad del servicio penitenciario de La Rioja. Paradojas de la vida: en esas mismas celdas estuvo detenido hace 40 años Ramón Olivera, una de las personas que lo denunció por delitos de lesa humanidad y lo empujó a la prisión.

Desde el viernes, cuando fue detenido por el juez federal Daniel Herrera Piedrabuena, hasta las primeras horas de este lunes, su abogado no recibió llamados de la exPresidente Cristina Kirchner ni de otros referentes de la política para interesarse sobre las condiciones de detención.

“No me llamó absolutamente nadie y con el hijo de Milani tampoco se ha comunicado nadie. Sinceramente, no espero que nadie lo haga”, reveló el defensor de Milani, Gustavo Feldman, en diálogo con Luis Novaresio en radio La Red.

En público tampoco hubo muchas repercusiones vinculadas al proyecto político que dejó el poder en diciembre de 2015. Hubo dos excepciones. El ex secretario de Comercio y actual socio comercial de Milani -tienen juntos una cadena de pancherías-, Guillermo Moreno, dijo que no tiene dudas de que el ex jefe del Ejército es inocente. Y el diputado nacional Juan Cabandié se paró en el otro extremo y aseguró haber recibido con alegría la decisión de la Justicia de La Rioja. “Todos los genocidas que están presos es gracias a nuestro Gobierno, el de Néstor y Cristina”, planteó.

Su jefa no piensa como él. Al menos no lo hacía en 2013, cuando defendió a Milani en cadena nacional. “Dicen que queremos promover a gente que presuntamente (al decir esta palabra hizo el gesto de comillas con los dedos) violó derechos humanos (….) yo no voy a permitir ningún linchamiento mediático de quienes no les interesan los derechos humanos, sino solo hacer daño a un Gobierno”, enfatizó en aquel momento Cristina Kirchner.

El exjefe del Ejército elegido por Cristina Kirchner en su segundo mandato quedó detenido el viernes por su presunta responsabilidad en los secuestros y torturas de Pedro Olivera y su hijo Ramón, en 1977, y de Verónica Matta, en 1976. Está alojado en el pabellón cinco bajo un régimen ordinario, sin lujos, como los otros 13 presos que están en el mismo lugar. No recibió tampoco ningún trato preferencial. Como a todos los internos, se le tomaron los datos cuando ingresó, se le pidió la ropa y se le exige que cumpla con los horarios establecidos. El jueves por la noche, durante su última noche en libertad, durmió en el único hotel 5 estrellas de La Rioja.

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