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Esteban Bullrich y Cristina Kirchner, la batalla central en una votación nacional

La elección bonaerense concentra la atención de hoy no sólo porque es donde hay mayor cantidad de legisladores en juego, sino porque define el futuro de las dos principales fuerzas.

Llegó la hora de la verdad. El gobierno de Mauricio Macri buscará consolidarse hoy en las elecciones para cargos legislativos de la provincia de Buenos Aires. El candidato a senador de Cambiemos, Esteban Bullrich, competirá como favorito contra su adversaria de Unidad Ciudadana, Cristina Kirchner, a pesar de haber sido derrotado por una mínima cantidad de votos en las PASO.

En esa competencia, intervendrán también los candidatos de 1 País, Sergio Massa; del Frente Justicialista Cumplir, Florencio Randazzo, y del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT), Néstor Pitrola.

Según las últimas encuestas del comando de campaña de Cambiemos, Bullrich ganaría por dos puntos.

En el plano nacional, el Gobierno aspira a ganar 13 distritos: los diez en los que triunfó en las PASO del 13 de agosto -Jujuy, Corrientes, Entre Ríos, CABA, Córdoba, La Pampa, Neuquén, Santa Cruz, San Luis y Mendoza- y sumar Buenos Aires, Santa Fe y Tierra del Fuego.

Estima que emparejará con el PJ en Chubut, Chaco y Salta, y que perderá La Rioja, Formosa, San Juan, Tucumán, Misiones, Río Negro, Catamarca y Santiago del Estero.

Los últimos barridos de encuestas de Cambiemos le otorgaban a Bullrich una ventaja de 40 puntos a 38. Massa rondaba los 12/13; Randazzo, casi 6, y Pitrola, entre 3 y 4%.

En las PASO Cristina Kirchner ganó por 20.324 votos en forma agónica, tras el escrutinio definitivo de la justicia electoral bonaerense. La diferencia fue de 0,21% sobre Bullrich. La ex presidenta obtuvo 33,95% de los votos; el ex ministro de Educación, 33,74%; Massa, 15,26%; Randazzo, 5,88%, y Pitrola, 3,34%.

La apuesta de Cambiemos para esta elección es la polarización entre el oficialismo y el kirchnerismo. Estiman que tras el triunfo en las primarias de Cristina muchos votantes de Massa se inclinarán por Cambiemos para provocar una derrota al kirchnerismo. En cambio, la esperanza de la ex presidenta es quebrar al oficialismo en los bastiones históricos del peronismo duro, como la primera y la tercera sección electoral, con epicentro en La Matanza. En el Gobierno aseguran que en esos territorios se achicaron diferencias.

La campaña de Cambiemos apostó a convencer a los electores que no asistieron a votar a las PASO para lograr una participación de 600.000 votantes más, cuya mayoría se inclinaría por Bullrich. En las PASO hubo un 77% de asistencia y esperan para hoy un 81% de afluencia. Está por verse si esa estrategia servirá.

El gran interrogante en el comando de campaña de Vidal, ayer, era el efecto real del caso Maldonado. “Mucha gente en sectores bajos menos informados le echó la culpa al Gobierno por la muerte de Maldonado en las primeras horas de la aparición del cuerpo aunque las pericias indiquen que se ahogó. En dos días más podríamos explicarlo, pero la elección es hoy”, dijo preocupado un estratega cercano a Bullrich.

“Si hay una chance de que Cristina gane es ésa. Lo vamos a saber al abrir las urnas, estamos cerca. Pero las encuestas nos dan arriba por poco, así como en las PASO nos daban por poco abajo”, dijo el funcionario a La Nación.

“En principio el caso Maldonado no tendría que influir en el resultado”, se esperanzó un funcionario de la Casa Rosada. Hasta el día de la aparición del cuerpo ese condicionante no aparecía en las encuestas.
El gran interrogante consiste en si Massa y Randazzo pierden votos o sostienen su nivel de las PASO.

Cambiemos ganaría con más holgura en la competencia por diputados nacionales. En las PASO, su candidata, Graciela Ocaña, tuvo 34,07%; Fernanda Vallejos (Unidad Ciudadana), 32,12%; Felipe Solá (1 País), 14,50%; Eduardo “Bali” Bucca (Cumplir), 5,56%, y la Izquierda, 3,58%. En los últimos días, Vidal se puso la campaña al hombro -opacó a Bullrich- y recorrió el conurbano bonaerense para revertir el peso del kirchnerismo. El oficialismo pretende sacar ventaja en la primera sección (donde Massa era fuerte históricamente) y aumentar su favoritismo en el interior provincial.

Los fiscales de Vidal ayudarán a sus pares de Randazzo a cuidar que no roben su boleta los de Unidad Ciudadana y así dividir el voto peronista. Además, promueven el corte de boleta para que intendentes massistas y kirchneristas repartan las de senador y diputados de Cambiemos, junto a las de concejales de sus partidos para sumar más bancas locales. “Reparten el combo con la tijera de plástico en el sobre”, señaló un operador de Cambiemos.

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