Cultura y Espectáculos

Marixa Balli reveló una anécdota desconocida con Rodrigo Bueno: “Me dejó esposada en un hotel”

Rodrigo Bueno y su apasionante historia de vida está en boca de todos a raíz del estreno de El Potro, lo mejor del amor, la nueva película de Lorena Muñoz. Marixa Balli, pareja suya a principios de los 90, se ha presentado en varios programas de televisión en las últimas semanas, recordando los momentos que vivió junto a él.

Sin embargo, durante su participación el sábado en el programa PH, Podemos Hablar, contó una anécdota desconocida que dejó perplejos a su conductor, Andy Kusnetzoff, y a todos los presentes. Según su relato, en una ocasión Rodrigo la dejó toda la noche esposada a una silla en un hotel.

“Me contaron que en uno de esos juegos él te había atado, luego se habría ido y se olvidó de vos”, le dijo Kusnetzoff. Ella le dijo que la historia era parcialmente cierta, pero no ocurrió en el marco de un juego sexual, como intuyó el periodista.

“No lo quería acompañar a unos shows que él tenía un viernes a la noche. Le dije ‘me voy de joda con mis amigas’. Cuando me preguntó a dónde íbamos le respondí ‘vamos a comer y después para allá, para acá…’ Yo soy muy de gesticular, entonces me agarró una mano y me dejó esposada”, recordó, ante la mirada atónica de Andy, quien le pidió más detalles.

“Me llevó al lobby y me esposó a una silla, para que me acompañaran si tenía que ir al baño. Quiso ser generoso… Creo que su micro se fue a las 10 y volvió a las 7 de la mañana. Estuve todo el tiempo ahí… Una vez se lo conté a su madre. Mi relación con él fue un capítulo aparte en mi vida”, aseguró.

También recordó una vez que fue a un cumpleaños con Rodrigo, que no terminó de la mejor manera. “Tenía un vestido divino para ir a esta fiesta fantástica de Gary, un cantante cordobés. Me había llevado un vestido dorado soñado y esas cosas lo transformaban (a Rodrigo). Era muy celoso, pero qué me importaba, si era semejante bombón”, dijo.

Según contó la bailarina, cuando él vio cómo le quedaba el vestido, tomó una tijera y lo cortó: “Llegué a la fiesta en jeans y él divino, de smoking. Cuando nos vieron en la fiesta él dijo: ‘Lo que pasa es que a Marixa no le parecía muy importante este evento así que vino así, como llegamos del avión’. No lo podía creer, encima me hizo quedar mal… Era una forma de juego que teníamos”.

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