Salud

La hipertensión y el riesgo de sufrir un accidente cerebro vascular

El 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), una urgencia médica causada por la brusca pérdida de flujo sanguíneo al cerebro. Dentro de este espectro, existen dos situaciones: la más común es el accidente cerebral isquémico, producido por un coágulo sanguíneo que bloquea un vaso del cerebro, y representa el 87% de todos los accidentes cerebrovasculares; el otro tipo, llamado ataque cerebral hemorrágico, es originado por la ruptura de un vaso sanguíneo hacia dentro del cerebro. En apenas minutos, cualquiera de los dos casos hace que las neuronas se debiliten o mueran, porque las células nerviosas no pueden funcionar sin oxígeno.

La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo, ya que está presente en casi el 80% de los pacientes que sufren un ataque cerebral en la Argentina. Además, el 22% de quienes tienen un ACV son diabéticos. Por otro lado, el peligro aumenta entre un 50% y un 70% en fumadores, y el impacto es mayor en las mujeres. Otros factores de riesgo son el colesterol alto y el alcoholismo.

En este sentido, el estricto control de la presión arterial, diabetes y enfermedades del corazón es fundamental. También es importante abandonar el cigarrillo, realizar actividad física periódica y llevar una dieta equilibrada.

Respecto al tratamiento del ACV, lo más frecuente son los anticoagulantes y antiplaquetarios, pero estas alternativas sólo funcionan si son aplicadas dentro de las tres primeras horas de presentados los síntomas, ya que su objetivo es tratar de disolver el coágulo o controlar la hemorragia antes de que el daño sea generalizado. Además, un diagnóstico adecuado y a tiempo es esencial para prevenir un segundo evento, lo cual es de probabilidad relativamente alta.

La Dra. María Valeria El Haj, Directora Médica de vittal, describe cuáles son los signos de alerta que debemos tener en cuenta para llamar inmediatamente a un servicio médico de emergencia:

  • Entumecimiento o debilidad repentinos en el rostro, brazos o piernas (especialmente de un lado del cuerpo).
  • Confusión repentina.
  • Problemas para hablar o comprender.
  • Problemas súbitos para ver con uno o ambos ojos.
  • Dificultad para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación de los movimientos.
  • Dolor de cabeza severo sin causa conocida.

 

“Gracias al reconocimiento temprano de los síntomas y la pronta búsqueda de atención médica, se pueden reducir considerablemente las posibilidades de muerte y discapacidad, es decir, se puede disminuir al mínimo la lesión cerebral aguda y maximizar las  oportunidades de recuperación del paciente”, detalla la Dra. El Haj.

Finalmente, describe las principales acciones que debemos hacer a la hora de auxiliar a alguien que sufrió un ACV:

  • Acostar a la persona para que no se caiga, teniendo la precaución que sea sobre uno de sus lados.
  • Llamar rápidamente al servicio de emergencias, ya que es una Emergencia Neurológica.
  • No administrar ninguna medicación.
  • Recordar la hora de inicio de los síntomas.

 

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