Francia desbordada por la violencia en medio de la Eurocopa
Francia, escenario de la Eurocopa de fútbol, se encuentra desbordada por la violencia de las batallas callejeras entre “hooligans”, las agresivas manifestaciones contra la reforma laboral y hasta un ataque a un hospital infantil en París.
Las manifestaciones que se suceden desde marzo contra una reforma laboral del gobierno socialista suelen provocar enfrentamientos, pero pocas veces como el martes en la capital, donde los choques dejaron unos 40 heridos.
A golpes de martillo, mazos y adoquines arrancados, fueron destruidas vitrinas, restaurantes y paradas de autobús. Cualquier objeto que pudiera servir de proyectil fue lanzado contra las fuerzas de seguridad por centenares de personas enmascaradas al grito de “¡Todo el mundo detesta a la policía!”.
Al paso de las manifestantes, unos quince ventanales del hospital Necker para niños enfermos fueron rotos y sus muros pintados con grafitis. Este ataque causó una enorme conmoción en la opinión pública.
Acusado por el gobierno de mantener una posición ambigua con los disturbios, el sindicato CGT, el más importante del país, denunció el miércoles estos “actos ciegos”, cometidos por “algunos individuos fuera de las manifestaciones”.
El primer ministro Manuel Valls fustigó el miércoles a los autores de los desmanes, “más numerosos que de costumbre, 700 a 800”, “que sin duda querían matar” policías. Valls pidió al sindicato CGT que dejara de organizar grandes manifestaciones en París y Hollande, por su parte, amenazó con prohibir estas manifestaciones si la seguridad de las personas y de los bienes no estaba garantizada.
“La idea de una democracia abierta, tolerante, está hoy en peligro”, advirtió el exeurodiputado Daniel Cohn-Bendit, líder de la revuelta estudiantil de mayo de 1968 en Francia.
Esta manifestación nacional, la novena desde marzo, tuvo lugar un día después del asesinato de un policía y su compañera, en la región parisina, por un yihadista que afirmaba actuar en nombre del grupo Estado Islámico (EI).
Fin de semana en Marsella
El fin de semana pasado, Francia ya había sido escenario de batallas campales entre hinchas violentos ingleses y rusos en Marsella, antes y después de un partido de sus selecciones en la Eurocopa. Estos violentos enfrentamientos causaron 35 heridos, tres de ellos graves, pese a la movilización de 1.200 policías.
“Hay rumores sobre la presencia de grupos neonazis rusos, impacientes de pegarse con los ingleses, de bandas de maleantes marselleses que sueñan con un remake de las violencias del Mundial de 1998, de hooligans ingleses decididos a portarse como… pues eso, como hooligans ingleses, e incluso de posibles ataques terroristas del grupo Estado Islámico contra la zona de aficionados donde debo trabajar. ¡Maravilloso…!”, relató el periodista Leon Neal.
“En Francia hemos perdido la alegría de vivir”, resumía el miércoles el diario británico The Guardian, y agregaba: “Francia, un país acostumbrado a la risa y a la ligereza, se enfrenta a un nuevo sentimiento: la fatiga”.
Homenaje a las víctimas del nuevo ataque yihadista
Francia rindió homenaje el miércoles a un policía y a su compañera, asesinados por un hombre que actuó en nombre del Estados Islámico (EI), un ataque que siembra dudas sobre la eficacia de la lucha contra el yihadismo en plena celebración de la Eurocopa.
El presidente François Hollande realizó al mediodía un minuto de silencio en el ministerio del Interior. También se realizaron minutos de silencio en todas las comisarías del país y en Magnanville, el pueblo cerca de París donde tuvo lugar el asesinato.
La pareja fue asesinada el lunes por la noche en su pequeña vivienda por Larossi Abballa, un francés de 25 años, que dejó con vida al hijo de ellos, un niño de tres años. Tras el asesinato, mientras permanecía atrincherado en la casa cercado por las fuerzas de élite de la policía, Abballa reivindicó el crimen en directo en la red social Facebook en nombre del Estado Islámico.
El lunes poco después de las 20:00 (hora local), Abballa mató con un cuchillo a Jean-Baptiste Salvaing, de 42 años, comisario adjunto de Les Mureaux, cerca de París. Luego degolló a su compañera, Jessica Schneider, de 36 años, una agente administrativa de la comisaría vecina de Mantes-la-Jolie. Abballa fue abatido poco después por la policía. En la casa estaba también el hijo de ambos, un niño de tres años, que fue hospitalizado, en estado de choque.
Abballa revindicó su acto en un vídeo en directo en Facebook desde dentro de la casa, en el que también prometía “otras sorpresas para la Eurocopa” que se disputa en Francia hasta el 10 de julio. “La Eurocopa será un cementerio”, amenazó.
En el vídeo, Abballa lanza un llamamiento a atacar “policías, periodistas, guardianes de prisión y raperos”. El fiscal de París, François Molins, confirmó que se halló en su casa una lista de nombres y de profesiones.
El ataque ocurrió siete meses después de los atentados del 13 de noviembre, en los que murieron 130 personas y en el contexto de la matanza de 49 personas el sábado en una discoteca gay de Orlando (Estados Unidos), que han puesto de nuevo de relieve la amenaza del yihadismo.
Fuente: Noticias Argentinas