La dueña de la quinta de la fiesta clandestina dijo que el joven murió fuera de su predio
La dueña de la quinta del partido bonaerense de Moreno donde se celebró la fiesta clandestina, que terminó con una pelea y el saldo de un muerto y 14 heridos, aseguró el jueves que nadie murió dentro de su predio, al tiempo que un grupo de jóvenes pasó por el lugar a bordo de motos y colectivos con amenazas de venganza.
“Acá no murió nadie. De acá nadie salió en cajón o rengueando”, dijo el jueves Celina, propietaria de la quinta donde se realizó la fiesta clandestina.
Sobre la muerte del joven Nicolás Rivero, el joven de 19 años que resultó baleado, dijo que el trágico episodio ocurrió a dos cuadras de su quinta y que de la fiesta se fueron “todos caminando”.
Además, sostuvo que los organizadores la “engañaron”, ya que le dijeron que a la fiesta irían “100 ó 150 personas como máximo”, cuando en realidad concurrieron más de 500 jóvenes y según algunas estimaciones hasta cerca de 1.000. “Me contactó el hijo de una señora del barrio que participa en una asociación de mujeres. El chico me dijo que era por su cumpleaños, que había pasado, pero lo quería festejar ahora con los amigos”, indicó.
Mencionó que a los organizadores les pidió que “no convoquen por Facebook” y que le alquilaron la quinta dos jóvenes primos llamados Ezequiel y Gabriel.
La mujer dijo que permaneció en la propiedad durante la fiesta y al ver que eran cientos los jóvenes que llegaban cerró un acceso con candado para impedir el paso de los recién llegados, momento en el que empezaron los disturbios, según indicó. “Venían los vecinos y me decían que era un abuso, llegaban en colectivos de todas partes. Me fui a poner candado para que no entren más, pero empezaron a saltar por los costados, entraron igual y empezaron a empujar”, expresó la mujer.
Dijo que en ese momento llamó a la Policía, porque “los chicos no se querían ir”.
La mujer aseguró que decidió alquilar la quinta para “poder pagar la luz”, porque es jubilada y no puede afrontar el último aumento. Admitió que en su casa ofició como guardarropas, ya que recibió las mochilas de las jóvenes que llegaban a la fiesta.
“Nunca más alquilo ni la quinta, ni la parrilla. Yo no quiero problemas con la Justicia, no alquilo más a nadie”, dijo la mujer.
Por su parte, un grupo de jóvenes a bordo de de colectivos y motos pasó el mediodía del jueves por la puerta de la quinta, donde efectuaron insultos con cantos amenazantes en los que decían: “Vamos a volver”.
Por otro lado, el director del Hospital de Moreno, Néstor Vetrano, informó el jueves que uno de los heridos en la fiesta todavía permanecía internado. “Tiene un traumatismo con un objeto contundente que puede ser una piedra. Está en terapia intensiva y esperamos su evolución”, indicó.
El profesional se refirió a los disturbios ocurridos en la fiesta y remarcó que “esto podría haber sido una masacre”. “Estas situaciones no se pueden volver a repetir. Están matando a nuestros hijos”, puntualizó.