Francia desmantela la Jungla de Calais
Miles de refugiados hacinados esperan el lunes cruzar al Reino Unido. Este domingo se registraron disturbios y tensión social que la policía reprimió con gases lacrimógenos.
La decisión del ejecutivo francés, que se había comprometido a cerrar este campamento antes de fin de año, se concretará el lunes y se extenderá una semana con el traslado de los inmigrantes a los 450 centros provisionales repartidos por toda Francia y seguirá con la reubicación de los más de 6.500 refugiados.
Días atrás, el Tribunal Administrativo de Lille, al norte de Francia, validó el cierre de este campamento al norte del país, pero muchos franceses rechazaron la reubicación en otros pueblos, en contra de lo que prevé el gobierno.
La mayoría de las personas que malviven en Calais -durmiendo en carpas y chozas- vienen de Eritrea, Etiopía, Afganistán, Pakistán y Sudán y quedaron varados hace años en esa ciudad portuaria a orillas del Canal de la Mancha, en el norte de Francia, a la espera de poder cruzar al Reino Unido.
Así se conformó este improvisado campamento, un símbolo de tensión para el gobierno socialista de Francia, acorralado entre las críticas de las organizaciones humanitarias y las exigencias de la derecha.
Pero el gran operativo de desmantelamiento en marcha también podría desatar una ola de indignación en el propio país y en los vecinos europeos.
El gobierno promete que quien presente una solicitud de asilo recibirá un alojamiento digno. Quien no tenga derecho a asilo será expulsado.
En tanto, los pobladores de Calais hace meses se vienen quejando de este lugar. Los comerciantes hablan de caída de las ventas y los camioneros temen el bloqueo de carreteras por parte de migrantes.