Argentina cayó ante Italia por 3-2 en el Parque Sarmiento
La derrota se concretó este lunes con la caída de Guido Pella ante Fabio Fognini por 2-6, 4-6, 6-3, 6-4 y 6-2. Unas 7.200 personas completaron la capacidad del predio.
El campeón, disminuido por dos ausencias de peso, las de Juan Martín Del Potro y Federico Delbonis, los artífices del triunfo en la obtención del título en Zagreb hace 70 días, perdió con Italia y deberá revalidar su plaza en el Grupo Mundial en septiembre próximo, en un Repechaje ante un rival que se conocerá en abril.
La serie ante Italia tuvo todos los condimentos necesarios, ya que comenzó 2-0 abajo y eso generó incertidumbre, luego se igualó 2-2, así hubo festejo y esperanza, pero llegó la desilusión en una jornada atípica de lunes, debido a la lluvia que cayó sobre Buenos Aires buena parte del domingo y retrasó la definición.
El bahiense Pella, único tenista presente en las cuatro series que condujeron al título, ya que estuvo en Gdansk ante Polonia, en Pesaro con Italia, en Glasgow frente a Gran Bretaña y también en Zagreb contra los croatas, perdió el punto decisivo después de haber estado dos sets en ventaja, y la foto del festejo final fue ajena.
Las deserciones de Del Potro y Delbonis por razones de calendario y agotamiento mental, respectivamente, la lesión que marginó a Horacio Zeballos y luego otra más que dejó afuera a Diego Schwartzman pese a que lo mismo integró el equipo fueron señales de que la eliminatoria era difícil de superar.
Sin embargo, luego de una primera jornada en la que se dio la lógica e Italia se puso 2-0 arriba, llegó la reacción de la mano del correntino Leonardo Mayer y sobre todo de Carlos Berlocq, el que ingresó al equipo en reemplazo de Zeballos y se erigió en la gran figura del fin de semana.
Berlocq ganó el dobles junto a Mayer y luego se vistió de héroe ante Paolo Lorenzi, pero su esfuerzo no alcanzó, ya que la derrota de Pella devolvió todo a la normalidad y así Italia envió a los argentinos al Repechaje, tal como había hecho hace tres años cuando se impuso en Mar del Plata por 3-1.
Esa vez Argentina debió revalidar su plaza en Sunrise, Estados Unidos, y lo hizo con éxito ante un rival más débil como Israel, al que superó por 3-2 con enormes actuaciones de Mayer y Berlcoq.
En esta ocasión el escenario es más complicado, ya que Argentina corre serio riesgo de descender del Grupo Mundial luego de 16 años, desde que subió en 2001, y no se podrá sacar provecho del título que llegó después de cuatro finales perdidas, en 1981, 2006, 2008 y 2011.
Es una lástima que apenas dos meses y 10 días después del gran festejo en Zagreb, el equipo de Daniel Orsanic deba enfocarse en mantener la categoría frente a un rival que se develará en abril y que podría ser aún más complicado que Italia, sobre todo si Del Potro mantiene su decisión de no competir en la Davis.
Argentina saboreó las mieles del éxito en la Davis con su hazaña ante Croacia en noviembre pasado, pero sin demasiado tiempo para disfrutar sintió el sabor amargo de la derrota como local ante un rival como Italia, que no dejó pasar la oportunidad de castigar las ausencias y se llevó lo que vino a buscar a Buenos Aires.
Orsanic deberá barajar y dar de nuevo. Ni bien conozca el rival tendrá que calibrar su importancia y, de ser necesario, seducir nuevamente al tandilense Del Potro, con su presencia en el equipo todos los objetivos son posibles y quedó claramente demostrado el año pasado cuando fue decisivo para gritar campeón.
Si el tandilense le da prioridad a su carrera en el circuito, algo entendible y razonable, Argentina deberá esperar un rival más débil y confiar en que el “Yacaré” Mayer, el “Gladiador” Berlocq, Pella, Schwartzman, Zeballos y algún otro le permitan mantenerse en el Grupo Mundial de la Davis.
En tanto, el trofeo de la Davis que lució orgulloso en el stand de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) durante la serie en el Parque Sarmiento, será devuelto a la Federación Internacional de Tenis (ITF) en septiembre y tendrá nuevo dueño en 2017.
Es decir que luego de haberlo conquistado con una campaña brillante que incluyó cuatro victorias en Europa, su estadía en la Argentina será fugaz, efímera, una lástima porque llegó luego de 116 años de espera, desde que comenzó a jugarse la apasionante “Ensaladera de Plata”.