Internacionales

Cinco días de inédita rebelión de taxistas en Italia

Paradas de taxi desiertas en aeropuertos, estaciones ferroviarias y sitios tan emblemáticos como las plazas Venecia o Navona; turistas empujando sus valijas con rueditas por los adoquines del centro histórico, en busca del metro o de la parada de algún colectivo. Postales de los últimos días en Roma, sacudida, como el resto de Italia, por una huelga “salvaje” de taxis que ayer entró en su quinto día, algo sin precedente y que nadie sabe cuándo terminará.

Comenzado el jueves pasado, el inédito “bloqueo” de taxis paralizó el servicio no sólo en Roma, sino también en las principales ciudades de la península, como Milán, Turín y Nápoles. El motivo de la protesta fue la aprobación en el Senado de una enmienda que, según los taxistas, desregularía el sector, favoreciendo a la multinacional Uber , así como a los aquí llamados NCC (siglas en italiano para la expresión “alquiler con conductor”, sistema parecido a los remises).

Lo más paradójico es que la “rebelión” de taxistas no ha hecho más que beneficiar a Uber, como a los NCC, que están haciendo su agosto con las legiones de usuarios, sobre todo turistas, desesperados por haberse quedado de a pie. Desde el aeropuerto de Fiumicino hasta esta capital, un trayecto que suele costar en taxi 48 euros, una tarifa fija, con Uber puede llegar hoy a entre 140 y 180 euros, según el Corriere della Sera.

Los cientos de miles de turistas que viajan a Italia han sido informados de la huelga selvaggia (salvaje) por parte de agencias de viaje, embajadas y operadores turísticos. Aunque el daño de imagen, debido a los trastornos, para la península es enorme. Sobre todo en Milán, donde en unos días comienza la semana de la moda. “Para los desfiles llegan a Milán al menos 15.000 personas. La protesta, para la imagen de la ciudad, puede tener un efecto muy negativo”, advirtió Mario Boselli, presidente de la Cámara de la Moda.

Servicios especiales

Ante una huelga que es ilegal, así como en Milán han reforzado los servicios de transporte público en vista de ese evento, en Fiumicino han sido puestos a disposición de los viajeros servicios especiales de autobuses. Los taxis también han garantizado su servicio desde y hacia hospitales, y para personas discapacitadas.

La semana pasada los taxistas colapsaron la zona del Senado para protestar en el momento que se aprobaba la medida desregulatoria. Para hoy también han convocado a una megaprotesta frente a la Cámara baja, que discutirá la medida. “Vamos a llegar desde toda Italia”, advirtieron, en pie de guerra, los taxistas, cuyos sindicatos serán recibidos por el ministro de Transporte, Graziano Delrio.

En el seno de la categoría, el clima estaba al rojo vivo. Anteanoche un taxista denunció haber sido agredido por dos colegas al dejar a unos clientes en la estación ferroviaria de Milán. Aunque la tensión más alta se registra entre taxistas y choferes de Uber o de los “NCC”, cuyos autos en los últimos días fueron agredidos a los huevazos o directamente dañados.

“Estamos viviendo días muy feos, que dan miedo, respiramos un aire muy tenso”, dijo Mirella, una remisera romana que prefirió no dar su apellido. “Los taxistas no quieren que Uber ni los NCC les arruinen el mercado, quieren mantener su círculo cerrado porque quieren trabajar sólo ellos y están haciendo de todo. En Fiumicino han pintado coches nuevos, se han ido de manos contra colegas y muchos tienen miedo de salir a trabajar. No sólo hay amenazas verbales, sino también físicas”, denunció.

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