La estrecha vinculación entre los tatuajes y las tendencias
Portar diseños en la piel dejó de ser una cuestión de edad. Con fines decorativos o simbólicos, por afecto o identidad, cada vez son más las personas que eligen tatuarse. Año a año aumenta la cantidad personas que se plantean llevar este arte para toda la vida. En sintonía, cada temporada crecen las tendencias de estilo, las variantes de colores, tamaños y lugares del cuerpo.
Con el paso del tiempo, actividades y prácticas que eran exclusivas de un rango de edad, de un género o de un sector de la población rompieron sus límites hasta volverse masivas. Los tatuajes no son una excepción. Como la moda, los diseños en la piel cambian y sorprenden año tras año. Lejos quedaron los tatuajes chicos, en lugares discretos, con diseños de catálogo. Hoy marcan tendencia los tatuajes grandes, los diseños elaborados y exclusivos. Las mangas y dibujos que ocupan toda la espalda son vanguardia en 2018.
Es que llevar tatuajes dejó de ser algo mal visto o encasillado en grupos urbanos específicos. “Si bien la edad promedio de quienes se acercan a los estudios de tatuadores es entre 20 y 30 años cada vez más chicos toman la decisión de llevar una marca de por vida en su piel”, señala Diego Staropoli, fundador de Tattoo Show en Argentina, que este año se realizará del 9 al 11 de marzo en La Rural. “Esto se debe a las redes sociales donde se puede ver a famosos del mundo del espectáculo, periodistas y deportistas que lucen sin temor sus diseños y publican imágenes en sus cuentas personales. Esto motiva a sus seguidores que buscan imitarlos”, agrega Staropoli que, a su vez resalta que en el caso de los menores de edad, deben tener la autorización de sus padres y estar con ellos presentes en el momento de tatuarse. De la misma forma, también creció el número de adultos que se acercan con la idea de perpetuar alguno de estos diseños, incluso inspirados por los jóvenes.
Las profesiones y los roles que se cumplen en la vida cotidiana ya no interfieren con la posibilidad de realizarse un tatuaje.
Staropoli remarca que ya son pocos los que eligen sus diseños en los catálogos de las casas de tatuajes. La mayoría lleva su propia idea y termina de definirla con ayuda del profesional: son verdaderas obras de arte en la piel. Los lugares más elegidos son las piernas, los brazos y la espalda.
Los dibujos grandes no son solo para quienes pasaron varias veces por la aguja cargada de tinta: quienes se enfrentan a ella por primera vez salen de los clásicos tréboles o símbolos del infinito y esto se debe a que se percibe que en la sociedad los tatuajes son más aceptados. Los diseños pequeños siguen siendo un clásico: palabras, fechas, frases, iniciales y símbolos que se dibujan en muñecas, tobillos, en los laterales de la espalda y, la última tendencia, arriba del codo.
Encontrarse con tatuajes dejó de ser algo sorprendente. En la calle, en el transporte público, en una reunión, en el trabajo, en hospitales y escuelas, cada vez son más las personas que portan diseños en su piel. Lo que sorprende es su variedad, su estilo y sus técnicas, que distinguen los intereses de los clientes y la habilidad de su tatuador.