El Gobierno buscará una reforma laboral “en cuotas”
En un primer momento Cambiemos iría por los puntos menos conflictivos del polémico paquete que había delineado a fines de 2017. El ministro de Producción prevé avanzar primero con el amplio perdón a empresarios que blanqueen a trabajadores no registrados y la creación de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias.
Tras la convulsionada aprobación de la reforma previsional en diciembre de 2017, en medio de masivas marchas de repudio y la feroz represión ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el gobierno de Mauricio Macri tuvo que poner en stand by su ansiada flexibilización laboral.
Se preveía que el paquete delineado en el Poder Ejecutivo no iba a pasar por el Congreso e iba a significarle un duro revés político al gobierno de Cambiemos. Por eso cambió su estrategia y resolvió fraccionar la polémica iniciativa en una serie de leyes separadas de modo de diluir la resistencia.
UN PERDÓN A LAS EMPRESAS CON TRABAJADORES EN NEGRO
Ahora el gobierno puso primera y se prepara para comenzar a dar la pelea en el Congreso. Según consignó Ámbito Financiero en su edición de este viernes el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, “avanzará en el verano en los capítulos menos conflictivos de la reforma laboral. El objetivo será preparar el terreno para debatir en el Congreso en el arranque de las sesiones ordinarias al menos el tramo de blanqueo que prevé un amplio perdón a los empresarios por declarar trabajadores no registrados”.
LA POSTERGACIÓN DE LAS PASANTÍAS
Ante la fuerte resistencia que genera “quedará al margen, al menos en la primera etapa, el apartado sobre relanzamiento de las pasantías laborales, que había generado inquietud en sectores del sindicalismo por su asociación con las prácticas de flexibilización aplicadas en los ’90”.
El ex ministro de Trabajo luego degradado a Secretario, Jorge Triaca, nunca pudo hacer avanzar el debate ante la falta de acuerdo interno en la CGT y la poca predisposición del peronismo en el Senado a acompañar la medida sin el aval de la central sindical. Ahora Sica volvió a la carga y puso la reforma laboral, uno de los puntos reclamados por el FMI, al tope de su agenda para este año.
BLANQUEO Y LITIGIOSIDAD
Según adelantó el periodista Mariano Martín, especializado en temas gremiales, “en la cartera de Producción y Trabajo explicaron que el foco estará puesto en los ítems ‘blanqueo’ y ‘litigiosidad’, lo que también abrió la puerta a la eventual inclusión del capítulo relacionado con la creación de una Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (Agnet), un mecanismo pensado para salvaguardar a obras sociales y prepagas de los juicios iniciados por sus afiliados en reclamo de prestaciones no previstas. Con la posible incorporación de ese ítem el debate podría contar con un aval al menos implícito de la CGT, interesada tanto como las empresas de medicina privada en la implementación de ese cepo judicial mediante un consejo de notables que deberá dictaminar sobre la viabilidad de los reclamos”.
Y amplió: “Lo central, sin embargo, será para el Gobierno avanzar con el perdón para los empresarios. En el texto original enviado al Congreso el proyecto preveía un período de un año para el blanqueo: los primeros seis meses sin costo para el empleador, y los restantes con un descuento del 70% de las penalidades previstas en la legislación para casos de irregularidades en la inscripción. Otro postulado clave de este capítulo es la extinción de la acción penal y la exención de cualquier multa administrativa que pudiese pesar contra el empleador por la contratación informal”.
Para los trabajadores ‘exteriorizados’ el texto prevé reconocerles 60 meses de aportes previsionales (5 años) en una suerte de moratoria. El apartado del blanqueo también preveía una reducción de los aportes y contribuciones patronales aunque en parte ese rubro fue atendido por el Ejecutivo en la sanción de la reforma tributaria. Tampoco está previsto reanudar la discusión por los cambios en la ley de Contrato de Trabajo (LCT) que habían causado, en la negociación original con la CGT, el quiebre definitivo entre el Gobierno y Hugo Moyano. Aquella fricción terminó por alejar al camionero de la jefatura de la central y alentó la creación del Frente Sindical por el Modelo Nacional que lo tiene como eje junto a otros gremios disidentes.
“Desde aquella ruptura, además, la conducción de la CGT terminó por radicalizar su postura e incluyó en todos sus pronunciamientos un rechazo tajante a cualquier intento del Gobierno por reiniciar la discusión relacionada con la legislación laboral. Días atrás, de hecho, el cotitular de la central Héctor Daer advirtió que en lugar de avanzar sobre esa problemática el Ejecutivo debía llamar de nuevo al Consejo del Salario para actualizar el piso de ingreso con un ajuste extra al 25% resuelto en agosto pasado. El planteo fue validado por el Consejo Directivo de la CGT pero hasta esta semana no tuvo respuesta formal” consignó Ámbito Financiero.