María Eugenia Vidal levanta el perfil y busca reconstruir vínculos con el peronismo en la provincia de Buenos Aires
María Eugenia Vidal rompió los límites de la provincia de Buenos Aires y empezó a trabajar en la construcción de un liderazgo nacional. Lo hizo en las últimas semanas -y lo seguirá haciendo en las que vienen- encabezando reuniones por Zoom con legisladores y dirigentes políticos de distintas provincias del país. Comenzó a moverse afuera de los circuitos bonaerenses donde estuvo en los últimos cuatro años.
En su círculo de confianza prefieren bajarle el tono a esa idea. Pero la realidad es que se está moviendo como una dirigente con peso nacional. En esas intervenciones bajó un mensaje político claro: hay que mostrar las diferencias marcadas que existen con el kirchnerismo y convertirse, más allá de la pandemia, en una oposición constructiva.
La ex gobernadora sufrió a la oposición kirchnerista en la provincia. Pero supo encontrar en el Frente Renovador de Sergio Massa un espacio razonable para negociar leyes y llevar adelante el gobierno. Su idea de cómo se deben comportar en este tiempo lejos del Poder Ejecutivo la resumió en una frase que dijo durante una teleconferencia con dirigentes de Córdoba: “No estamos dispuestos a ser una oposición que apuesta a romper todo para volver al poder”.
En esa misma charla pidió trabajar para aumentar la representación en el Congreso el próximo año y les dijo a los dirigentes que el PRO es un espacio político con las puertas abiertas: “Hay que abrir. Hay que abrir a los jóvenes y a las mujeres. Hay que abrir a nivel federal. Hay que abrir para incorporar al que conoce la realidad de un pueblo pequeño o el que conoce la realidad La Matanza. Son miradas distintas de la realidad. Cambiemos no puede girar alrededor de los mismos nombres”.
Involuntariamente -o no- en las últimas semanas el presidente Alberto Fernández le dio mayor visibilidad a la agenda política de Vidal al acusarla, sin nombrarla, del estado en el que se encuentra el sistema de salud bonaerense. Como suele decirse en los pasillos de la política, la subió al ring. La sacó del margen y la alumbró. Fueron solo un par de intervenciones. Las suficientes como para que la vida política de la ex gobernadora vuelva estar en foco.
“Tuvimos durante cuatro años a una gobernadora que dijo que no iba a abrir un hospital más en la provincia de Buenas Aires. En diciembre de 2015 estaban hechos los hospitales de Esteban Echeverría y La Matanza, y por una decisión de la gobernadora nunca se inauguraron. Tuvimos que ir nosotros corriendo a ponerlos en marcha”, dijo el jefe de Estado. Vidal no respondió. Lo hicieron Cristian Ritondo y Alex Campbell, dirigentes de su confianza. No quiere entrar en el juego de la confrontación.
Ritondo es el encargado de canalizar todos los pedidos para que participe de teleconferencias. Lleva adelante la agenda nacional y se mantiene alineado dentro de ala más flexible que hoy tiene la mesa nacional de Juntos por el Cambio. La ex mandataria está al frente de dos Zoom por semana. Si continúa con ese ritmo, y en base a los pedidos que tiene, podría seguir con la ronda de charlas durante dos meses más. Los pedidos para escucharla llegan desde la mayoría de las provincias. Corrientes, Chubut, Córdoba y La Pampa son alguna de ellas.
En esa agenda no está la provincia de Buenos Aires, su territorio, y donde el principal objetivo es contener a los propios, fortalecer su liderazgo y reconstruir la pata peronista, que se debilitó a principio de año cuando los intendentes de Necochea y San Pedro, pertenecientes al Partido Fe, decidieron alejarse. Al día de hoy el sector peronista de la coalición en la provincia de Buenos Aires está representado por los intendentes Jaime Mendez (San Miguel), Manuel Passaglia (San Nicolás) y Hernán Bertellys (Azul). Además, hay un puñado de legisladores en las dos cámaras de la Legislatura.
El conductor natural de esa vertiente debería ser el ex ministro de Gobierno Joaquín de la Torre, que durante los años de gestión era quien lideraba a la expresión peronista en la coalición de gobierno. Sin embargo, y solo por el momento, está mirando de lejos ese lugar. Se mantiene en contacto con Vidal pero no está al frente de ese pequeño esquema que, de aquí en adelante, la ex mandataria tiene intenciones de ampliar.