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Pese a cercanía con Javier Milei, Giorgia Meloni restringe ciudadanía italiana y excluye miles de argentinos

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, decidió avanzar con una reforma histórica en las leyes de ciudadanía que impacta directamente en miles de argentinos descendientes de inmigrantes italianos. Aunque mantiene una relación política cercana con Javier Milei, su decisión dejó afuera a buena parte de los solicitantes provenientes de América Latina, especialmente aquellos con antepasados que llegaron al país tras la Segunda Guerra Mundial.

La nueva normativa elimina la posibilidad de acceder a la ciudadanía por bisabuelos, una práctica común entre los argentinos que apelaban al ius sanguinis para obtener el pasaporte europeo.

Según datos oficiales, más de 30.000 argentinos obtuvieron la ciudadanía italiana en 2024, aprovechando un sistema que ahora queda limitado solo a hijos y nietos de italianos nacidos en Italia.

El Consejo de Ministros italiano, con el aval de Meloni, aprobó esta modificación con el argumento de evitar “abusos” y la supuesta “comercialización” del pasaporte europeo. Antonio Tajani, canciller y vicepresidente, expresó que “la nacionalidad debe ser una cosa seria” y anticipó que podrían sumarse nuevas exigencias como el conocimiento del idioma, la cultura italiana y la residencia efectiva en el país.

Un golpe directo a los argentinos de raíz italiana

La reforma pone fin a la vía abierta para los descendientes de los millones de inmigrantes que llegaron a la Argentina durante el siglo XX, especialmente tras la posguerra. Según estimaciones de organizaciones migratorias, más del 60% de los argentinos tiene al menos un antepasado italiano.

Con oficinas consulares desbordadas y turnos que superan los diez años de espera, el gobierno italiano argumenta que era necesario modernizar el sistema, pero la decisión deja a muchos sin chances de iniciar el trámite.

Esta medida, tomada en medio de un vínculo cordial con el presidente Javier Milei, genera malestar en sectores de la comunidad ítalo-argentina, que esperaban mayor flexibilidad de parte del gobierno de derecha.

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