La ola de violencia desatada por el magnate entre sus seguidores, y el descontento por parte de opositores, parece propagarse por donde pase el republicano. Después de los incidentes en Ohio, ahora Kansas.
La retórica violenta del puntero de la carrera republicana para la Casa Blanca, Donald Trump, está mostrando sus consecuencias a gran escala.
Altercados llevaron a la suspensión de un mitín en Chicago el pasado viernes. Manifestantes irrumpieron en un acto de campaña en el estado de Ohio el domingo a la mañana. Y como si la ola de descontento se hubiera propagado por el país, votantes en contra del magnate interrumpieron también el mitín del mismo día a la tarde, en Kansas.
Llevaba unos minutos de su discurso en un teatro en el centro de la ciudad, donde el empresario convocó a su seguidores, cuando comenzaron las protestas. Los disconformes que se desperdigaron por la sala, con lemas y pancartas, fueron abucheados.
“Sáquenlos de aquí”, repitió una y otra vez el polémico aspirante a la Casa Blanca, quien agregó: “Deben ser seguidores de Bernie (Sanders)”, en referencia al candidato demócrata.
Hacía unos días ya que la consigna circulaba en las redes sociales.
“El payaso fascista Donald Trump está viniendo a nuestra ciudad este sábado”, anunciaba un “Evento” Facebook titulado “Trump fuera de KC” (siglas por Kansas). “Si piensas que este payaso no debería ser Presidente. Si piensas que su postura sobre los musulmanes, los mexicanos, las mujeres, los trabajadores, entre otros, son deplorables,
entonces hazlo saber y únete a nosotros este sábado“, rezaba la convocatoria.
Usuarios de Twitter, denunciaron con videos difundidos en la red social, que los manifestantes congregados en las afueras del teatro donde tenía lugar el mitín, fueron reprimidos por la policía con gas pimienta.
Trump es cuestionado por los violentos incidentes que se vienen registrando, y de manera exponencial, en torno a su campaña, algunos incluso con carga racial.
En el marco del último debate republicano previo a las primarias del estado clave de Florida, el magnate se eximió de toda responsabilidad, al alegar que “la gente está enfadada porque ven lo que pasa en el país, con más impuestos y pérdidas de empleo”.