El musical “La La Land” arrasó en los premios Globos de Oro
La comedia musical dirigida por Damien Chazelle y que tuvo premiere mundial en el último Festival de Venecia, fue la gran dominadora de la noche y se llevó siete galardones en igual número de nominaciones.
La ceremonia que premia a la actividad cinematográfica y televisiva de 2016, y que en ocasiones puede marcar tendencia respecto a los premios Oscar que se entregan a fines de febrero, se llevó a cabo en el Hotel Beverly Hilton de Beverly Hills, en California, donde también resultó ganadora de forma previsible “Moonlight”, de Barry Jenkins, en el rubro de Mejor película dramática.
La historia sobre un músico de jazz y una joven aspirante a actriz del director de “Whiplash” era la gran aspirante de la noche tras haberse llevado ocho galardones en los Critics’ Choice Awards, entregados en diciembre pasado, y se convirtió con siete estatuillas en la película más premiada de la historia de los Globos de Oro.
La propuesta del jovencísimo Chazelle (31), quien también ganó en la categoría de Mejor guión, es una historia de amor y sueños de la época de oro de Hollywood, con la estética de los musicales de la década del 40, pero en clave actual.
En la película, que además obtuvo los reconocimientos a la Mejor banda de sonido y a la Mejor Canción por “City of stars”, Gosling (Sebastian) es un talentoso pianista de jazz que se niega a seguir los dictados del mercado para imponerse musicalmente y Stone (Mia), una agraciada joven que busca insertarse en la industria del espectáculo mientras atiende un bar y corre de audición en audición buscando su oportunidad.
En el filme hay, lógicamente, una historia de amor que le da vida y la enciende, pero también bares, luces, bellas canciones, desilusiones, desengaños, e increíbles coreografías, que traen reminiscencias de Fred Astaire y Ginger Roger pero también la gracia y la delicadeza de Jacques Demy.
La otra cinta que llegaba con muchas candidaturas -seis- era “Moonlight”, filme que compitió en el último Festival de Cine de Mar del Plata y narra la vida de un joven afroamericano hijo de una madre adicta y cobijado por un vendedor de drogas, y que se quedó tan sólo con el premio a la Mejor película dramática, beneficiada porque a diferencia de los premios Oscar la modalidad de los Globos de Oro distingue entre ese género de películas y las de comedia o musicales.
Otros ganadores destacados en la rama cinematográfica fueron Casey Affleck como Mejor actor dramático por “Manchester junto al mar” y la francesa Isabelle Huppert, que sorprendió al derrotar a Natalie Portman como Mejor actriz dramática por su participación en “Elle”, filme de Paul Verhoeven que también ganó en la categoría Mejor película en idioma extranjero, .
Menos previsible resultaron ser los premios entregados a lo mejor de la televisión, ya que la miniserie “The People vs. O.J. Simpson: American Crime Story”, que narra el histórico juicio contra la leyenda del fútbol americano acusado del doble homicidio de su esposa y un amigo de ésta en la década del 90, se llevó sólo dos de las cinco estatuillas posibles: Mejor miniserie o película para la televisión y Mejor actriz en el mismo rubro, para Sarah Paulson.
Dos fueron las grandes sorpresas: la primera fue “The Crown”, la serie de Netflix sobre la juventud de la reina Isabel II de Inglaterra que se llevó el premio a Mejor serie dramática por delante de “Game of Thrones”, “Westworld” y “Stranger Things” y el premio a Mejor actriz de drama para Claire Foy.
La segunda se trató de “The Night Manager”, miniserie británica basada en la novela homónima del prolífico autor de historias de espías John Le Carré, sobre un ex soldado británico y gerente de hotel en El Cairo, Egipto, que es reclutado para infiltrarse en la red internacional de venta ilegal de armas.
Si bien perdió a manos de “The People…” el galardón a la mejor miniserie, se llevó los premios a Mejor actor de miniserie o película para la televisión, para Tom Hiddleston, y los de Mejor actriz y actor de reparto de televisión, para Olivia Colman y Hugh Laurie -el tercero para él, tras ganar dos por su papel del impredecible médico de “Dr. House”-.
Sí se esperaban los reconocimientos para Donald Glover como Mejor actor de serie comedia y su creación, “Atlanta”, la historia por momentos dura y por momentos hilarante por su manejo del absurdo de un joven afroamericano en los suburbios de esa ciudad del estado de Georgia, en el sur de Estados Unidos, en su intento por llevar al éxito la carrera de rapero de su primo y así salir de la pobreza.
La conducción del show estuvo a cargo de Jimmy Fallon, otro producto de la interminable factoría de estrellas que es el programa de sketches y de humor de actualidad “Saturday Night Live”, quien consiguió el rol de presentador tras demostrar las últimas dos temporadas que “The Tonight Show” -el “late night show” por antonomasia de la tv estadounidense- no le quedaba para nada grande.
Fiel al estilo que lo caracteriza todas las semanas en el show de variedades nocturno de la cadena NBC, Fallon abrió el programa con una combinación de los géneros en los que mejor se mueve, el musical y el humor, y cantó y bailó con varias de las estrellas de Hollywood nominadas en medio de un abarrotado tráfico de limusinas en una avenida que, como no podía ser de otra forma, estaba cubierta por una inmensa alfombra roja.
Tras imitar al galán de “La La Land” interpretado por Ryan Gosling y bailar “románticamente” con su amigo y habitual colaborador, el cantante y actor Justin Timberlake, Fallon comenzó una performance descendente quizás afectado por el accidente que tuvo al salir al escenario, cuando según admitió se “rompió el teleprompter” y debió improvisar su monólogo y realizó una imitación del comediante Chris Rock.
Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia fue en el que Viola Davis le devolvió la gentileza a Meryl Streep, quien había presentado el jueves último el descubrimiento de su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, ya que fue la encargada de introducir el premio Cecil B. DeMille a la trayectoria cinematográfica.
La unánimemente reconocida y premiada actriz, tres veces oscarizada y previamente galardonada con ocho Globos de Oro, se mostró emocionada al dar uno de los discursos de connotaciones más políticas de la noche, en el que aludió al pronto a asumir la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.
Señalando y nombrando a muchos de los presentes, Streep se refirió a que la sala estaba repleta de aquellos a los que el multimillonario apuntó de forma habitual como enemigos durante la campaña presidencial del año pasado: los extranjeros, los artistas de Hollywood y la prensa.