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La CGT reafirmó su estrategia ante una lluvia de críticas

La CGT advirtió hoy que mantendrá su estrategia para enfrentar a las políticas económica y social del Gobierno pese a las críticas de sectores kirchneristas, movimientos sociales y bases sindicales por no fijar fecha durante la multitudinaria manifestación de ayer a un paro nacional de 24 horas.

“Ninguno le va a cambiar la estrategia” a la CGT, señaló Héctor Daer, uno de los tres conductores de la central obrera, al referirse a los reclamos a viva voz que hicieron los manifestantes para que anuncie la fecha de la que sería la primera huelga nacional contra el gobierno de Mauricio Macri.

“Jamás hubiéramos hecho el año pasado la marcha que hicimos ayer, porque hay una maduración en la sociedad, hay una situación donde se empezó a comprender críticamente las políticas que lleva adelante el Gobierno”, puntualizó Daer.

Varios directivos de la CGT acusaron a las columnas kirchneristas por las agresiones que se vieron sobre el final de la marcha, una denuncia que fue rechazada por el diputado nacional Máximo Kirchner, quien hoy remarcó que la central obrera debe asumir la “interpelación” a la que fue sometida por una parte de la concurrencia.

Sobre este punto, Daer dijo que se trató de una “cosa rarísima” y reiteró que hubo “un municipio”, en alusión a Berazategui, que movilizó a su gente en una zona ubicada detrás del palco desde el que hablaron los oradores.

Carlos Acuña, secretario general de la CGT que representa al sector de la ex CGT Azul y Blanca, que conducía el gastronómico Luis Barrionuevo antes de la reunificación, también reivindicó el rumbo cegetista, aunque arriesgó posibles fechas para el paro.
“En mi opinión personal, el paro debe ser el 31 de marzo, o el lunes siguiente”, planteó Acuña en declaraciones a Radio 10.

“La marcha de ayer no era para poner una fecha al paro”, explicó el líder del gremio de estaciones de servicio, quien consideró que las diferencias con los sectores que reclamaban que se pusiera fecha a la huelga no permitían prever que se produjeran incidentes.
“Está bien que muchos compañeros quieran ir al paro, pero tampoco era para hacer los desmanes que hicieron”, subrayó.

Otra de las voces de la CGT que defendió los pasos dados por la central obrera fue la de Andrés Rodríguez, titular de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), quien consideró que sería “lógico” que, para definir la fecha de la huelga general, se esperen “20, o 25 días”.

“No da para más que para 20, o 25 días. El Gobierno dijo que quiere convocar a un diálogo y en ese diálogo hay que tratar el tema de las suspensiones en el sector de la industria, las importaciones y dejar que las paritarias se celebren sin techo”, declaró a radio La Red.

El dirigente sindical resaltó que “hay que dar un compás de espera breve y dar oportunidad de que el Gobierno pueda rectificar el rumbo”.

Con críticas al triunvirato de mando de la CGT se expresó el diputado Kirchner, quien exigió que la central obrera asuma la “interpelación” y puso en duda los motivos por los cuales no se concretó la convocatoria.

El diputado por Santa Cruz planteó que los secretarios generales “no tienen que enojarse por la interpelación”, sino “asumirla y representarla”.

“Si hay un acto con 200.000 personas gritando paro general y vos pedís otra cosa, es evidente que hay algo en el medio que no se comprende”, aseguró Kirchner en declaraciones a Radio 10.

Pero el kirchnerismo no sólo fue crítico, sino que también fue blanco de cuestionamientos.

Pablo Moyano, secretario adjunto del Sindicato de Choferes de Camiones (Sichoca), responsabilizó a ese sector por los incidentes que se sucedieron tras los discursos de Acuña, Schmid y Daer.

El número dos del gremio de los camioneros aseguró que “la que para el país es la CGT” y “no 200 muchachos kirchneristas”.

En declaraciones que formuló frente a la planta de Sancor de Don Torcuato, donde se apersonó para encabezar un reclamo contra 500 despidos, el hijo de Hugo Moyano aseveró: “No nos van a correr 200 muchachos, ni los de la línea 60, ni los remiseros de Ezeiza, ni los intendentes kirchneristas, porque su gobierno fue de los que más precarizó a los trabajadores”.

Pablo Moyano fue uno de los dirigentes que ayer se retiraron del palco en medio de un clima tenso que se reflejó en empujones y agresiones. Opinó que, con su padre en la conducción de la CGT, “esto (por los desmanes) no pasaba” y ya se habría hecho un paro contra Mauricio Macri.

Gerónimo “Momo” Venegas, líder de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) y uno de los sindicalistas aliados de la coalición gobernante, Cambiemos, a través de su partido Fe, culpó a los tres secretarios generales de la CGT por los desmanes del final de la movilización.

“La CGT convocó a los partidos políticos y a los movimientos sociales a una marcha, cuando lo tendría que haber hecho por la misma CGT. Este desmadre fue originado por los mismos secretarios generales”, acusó Venegas. Y, en declaraciones a FM Latina, amplió: “Lo bochornoso de todo esto es que la CGT perdió el acto, le coparon el acto”.

El líder del gremio de trabajadores rurales, enfrentado con la conducción de la CGT, subrayó que incidentes como los de ayer suceden “cuando uno cumple un rol que no le corresponde”.

Los movimientos sociales, incorporados por la CGT en su estrategia de protesta, reclamaron que la central obrera asuma su “responsabilidad histórica”.

En un comunicado en el que celebraron la convocatoria que tuvo la protesta de ayer, el triunvirato piquetero que componen Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) aseguró que la dirección de la CGT “tiene la responsabilidad histórica de ponerse a la cabeza de ese reclamo y garantizar la unidad del movimiento de todos los trabajadores desde sus bases para terminar con el ajuste, la flexibilización, los despidos y el incumplimiento de la ley de emergencia social”.

En declaraciones a Télam, Daniel Menéndez, coordinador nacional de Barrios de Pie, habló de los incidentes al cierre de la movilización y consideró que, “por plantear un pedido de mayor endurecimiento de las protestas se terminó desluciendo una movilización que fue enorme”, y postuló que “el camino es construir mayor unidad”.

Juan Carlos Alderete, de la CCC, en tanto, indicó a esta agencia que los incidentes “son secundarios” y que “la unidad en la calle y la pelea es el única manera de poder pararle la mano” a las políticas del gobierno de Mauricio Macri.

Desde el Movimiento Evita, el dirigente Emilio Pérsico, remarcó -en declaraciones a radio Con Vos- que la de ayer “fue una gran asamblea popular de los trabajadores” y admitió que “hubo errores en la CGT en cuanto a la organización”.

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