Bélgica recordará a las víctimas de los atentados de Bruselas
Bélgica se prepara para recordar un año después a las víctimas de los atentados yihadistas que golpearon Bruselas el 22 de marzo, con la inauguración de memoriales cerca de la estación de metro y el aeropuerto, escenarios de los ataques.
El 22 de marzo de 2016, a las 07.58 de la mañana, dos bombas detonadas por terroristas suicidas explotaban en el aeropuerto internacional de Bruselas-Zaventem. A las 09.11 horas, una tercera estallaba en la estación de metro de Maelbeek, en pleno barrio europeo, dejando 32 muertos y 324 heridos en total.
Los ataques dieron paso a un periodo de duelo en la sociedad belga que, sorprendida por un terrorismo sin precedentes en el país, se cuestionó desde sus políticas de integración hasta la eficacia de sus fuerzas de seguridad, en una suerte de repliegue sobre sí misma acentuado por el escrutinio repentino de la comunidad internacional.
Un año después, se han diluido los síntomas de ese periodo funesto y los atentados han quedado aparcados en las conversaciones cotidianas, pese a que el imponente refuerzo de la seguridad en los lugares públicos sigue siendo una secuela visible de la tragedia.
Con este telón de fondo, el Gobierno belga, el aeropuerto de Bruselas y la Sociedad Bruselense de Transporte público (Stib), junto con las familias de las víctimas, han preparado una serie de conmemoraciones para marcar el aniversario de los atentados.
Los reyes de Bélgica, Felipe y Matilde, participarán en los actos, en los que también estarán representadas las instituciones europeas, parte intrínseca de Bruselas y tocada de cerca por el fallecimiento en el ataque del metro de la funcionaria comunitaria Patrizia Rizzo.
El 22 de marzo, el primer ministro, Charles Michel, autoridades belgas, los reyes y las familias guardarán un minuto de silencio en el aeropuerto a las 07.58 e inaugurarán después la estatua “Flight in the Mind” (El vuelo en el pensamiento) del artista Olivier Strebelle en su nuevo emplazamiento, en la avenida que lleva al aeropuerto.
La estatua, que presidía la terminal de salidas del aeropuerto y era punto de encuentro para los viajeros, fue dañada en el atentado y conservará las marcas del mismo como recuerdo de aquel día.
Después, la comitiva se trasladará hasta la estación de metro de Maelbeek en transporte público, en un simbólico gesto de apoyo a la Stib y sus trabajadores. Allí guardarán un minuto de silencio a las 09.11 horas.
El acto principal será, justo después, la inauguración de la obra que el escultor y actor belga Jean-Henri Compère ha concebido especialmente para recordar a las víctimas y que se situará a unos cientos de metros de la estación, cerca del concurrido Parque del Cincuentenario.
“Tocados, pero siempre en pie” es el nombre con que el artista ha bautizado a la estatua, una estructura monumental, de dos metros de alto por veinte de largo y más de dos toneladas de peso, compuesta por dos planchas de acero inoxidable satinado dispuestas una frente a otra.
“Quería expresar que Bélgica ha sido herida pero debemos decir no, que nos oponemos a la violencia. Que hemos sido heridos, pero intentamos reunirnos para dialogar”, dijo este domimngo a Efe Compère.
La verticalidad del monumento refleja la oposición, mientras que las líneas horizontales representan “una llamada al apaciguamiento”, explica el escultor, para quien este trabajo ha sido una oportunidad de “transcribir la emoción de casa”, el sentir colectivo de Bélgica.
También la catedral de San Miguel y Santa Gúdula celebrará un funeral por las víctimas, mientras que en el bosque de Soignes, cerca de Bruselas, se plantarán 32 abedules en su recuerdo.
Más allá de los memoriales, Bélgica aprovechará el aniversario para hacer balance del impacto del terrorismo.
El Ministerio de Economía prevé publicar la víspera un estudio sobre el perjuicio económico de los ataques, que según los datos más recientes de la Federación de Empresas belga (FEB) ascendió -teniendo en cuenta los de París- al 0,57 % del PIB.
En esta tesitura, que se recuerden los atentados no es algo que agrade especialmente a las empresas, que preferirían pasar página.
“Su actitud es de olvidar rápido lo que ha pasado y no volver a hablar de ello si es posible. Ya cuando publicamos las cifras no estaban contentas porque les pusimos de nuevo en la palestra”, dice a Efe el economista jefe de la FEB, Edward Roosens.
Lo que no llegará a tiempo para el aniversario será el informe de la comisión de investigación del Parlamento belga sobre los atentados, que analiza la actuación de las autoridades y fuerzas de seguridad y debe emitir recomendaciones para el futuro. EFE