Los candidatos con menos chances le pusieron picante al segundo debate francés
El segundo debate televisivo entre los candidatos presidenciales de Francia tuvo este martes un tono más picante y un ritmo más adrenalínico gracias a la participación, inédita para ese país, de los seis aspirantes de los partidos minoritarios, quienes con sus intervenciones provocadoras resaltaron las grandes diferencias entre cada uno.
A tan sólo dos semanas del primer debate, que sólo incluyó a los cinco principales candidatos, los once dirigentes que este mes disputarán la Presidencia francesa en las urnas defendieron y contrastaron sus propuestas de gobierno durante tres horas y media en una gran mesa redonda, transmitida por las cadenas de noticias BFMTV y Cnews.
Entusiasmados por una exposición inusual, los denominados pequeños candidatos no tuvieron pelos en la lengua a la hora de interpelar a los favoritos en las encuestas, lo que terminó enriqueciendo un discusión que logró salirse de la diplomacia y los discursos armados, propios de los debates presidenciales.
“Yo siempre serví a los franceses sin aprovecharme de ellos”, lanzó el soberanista Nicolas Dupont-Aignan, abriendo un caliente debate, que tenía como principal interlocutor al candidato conservador Francois Fillon, imputado por presunto desvío de fondos públicos.
Los críticas agudas contra los “políticos corruptos” del anticapitalista Philippe Poutou, los dardos contra “la gran patronal” de la candidata de extrema izquierda Nathalie Arthaud, al igual que los ataques contra la Constitución en defensa de “la independencia de Francia” del euroescéptico Francois Asselineau dieron color a una noche, que inauguró la recta final de la campaña, a menos de tres semanas de las elecciones.
Uno de los temas más calientes del debate fue el futuro de la Unión Europea (UE) y enfrentó al liberal Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen, los dos favoritos en los sondeos a pasar a la segunda vuelta en mayo.
Abierto crítico a la propuesta de la líder del Frente Nacional de salirse de la UE, Macron acusó a Le Pen de jugar con los miedos de la gente.
“Señora Le Pen usted al igual que hizo en su momento su padre, Jean-Marie Le Pen, saca las mismas mentiras que escuchamos desde hace 40 años de la boca de su padre”, sentenció el candidato independiente, recordando a Le Pen padre, uno de los negacionistas del Holocausto y el neonazi más famoso de la Francia actual.
Macron además utilizó una frase del ex presidente Francois Mitterand para contrarrestar las ansias anti europeístas de Le Pen: “El nacionalismo es la guerra”.
Le Pen le contestó restándole importancia a estas advertencias y aseguró que el dirigente de En Marcha no podía representar lo nuevo de esta elección si repetía “semejantes antigüedades”.
Por su parte, el socialista Benoit Hamon, el hombre que dividió las aguas del oficialismo y profundizó la crisis de su fuerza política, aprovechó la cuestión europea para atacar a su oponente directo, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, por su apoyo, también, a abandonar la UE.
Pese a que la dicotomía pro UE anti UE despertó pasiones, el gran tema de la noche fue la discusión sobre la moralidad de la dirigencia política en Francia, en un momento en que los casos y las denuncias de corrupción se multiplican a lo largo del espectro político, especialmente entre la centro derecha y la ultra derecha.
La mayoría de los dardos fueron para Fillon y Le Pen, ambos bajo investigación judicial por denuncias de corrupción y malversación de fondos públicos.
“Cuando nosotros somos convocados por la Policía, no tenemos inmunidad obrera, así que vamos”, lanzó el anticapitalista Potou contra Le Pen, quien rechazó presentarse ante el juez que la investiga en un caso de sospechas de empleos ficticios de su partido en el Parlamento Europeo.
“Es gracioso verlos jugar a hacerse las víctimas”, se burló Hamon, en referencia a la dirigente ultraderechista, quien una y otra vez se ha considerado públicamente como una “perseguida políticamente”.
Por su parte, Fillon, quien no brilló en el debate, prefirió jugar la carta de la discreción e intentó instalarse como el candidato de la “recuperación” que “deberá restaurar el orgullo nacional y estar al lado de los franceses que reclaman orden y seguridad”.
Este debate, posiblemente el primero y el último con todos los candidatos, marcó el creciente clima de tensión que se vive en Francia a sólo semanas de la primera vuelta del 23 de abril.
Los últimos sondeos pronosticaron que el ex ministro de Economía liberal Macron y la ultraderechista Le Pen son los favoritos para imponerse en primera vuelta y pasar al ballotage que se realizará una semana después. Bastante más atrás los seguirían Fillon, Mélenchon y Hamon.