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La policía intentó despejar el corte de Ruta Nacional N° 34, hubo heridos y los trabajadores continúan en el lugar

 

El Juez Federal N° 1, Mariano Wenceslao Cardozo, ordenó al jefe de la Policía de Jujuy el desalojo y liberación del tránsito vehicular de la Ruta Nacional N° 34 a la altura del puente Río San Lorenzo de la localidad de Libertador General San Martín.

El corte era realizado por los trabajadores del ingenio Ledesma, en el marco del conflicto salarial que mantienen con la empresa azucarera; y el juez solicitó la intervención de la fuerza de seguridad provincial para el desalojo de la misma.

Las autoridades, con presencia del fiscal de turno Federico Zurueta –minutos antes de las 18-, intimaron a los obreros manifestantes a abandonar la ruta. Ante esta situación hubo incidentes a raíz que los trabajadores arrojaron piedras al personal policial hiriendo a uniformados que fueron trasladados al nosocomio de la zona. Ante esta situación la policía retrocedió evitando un enfrentamiento con los obreros apostados en el lugar.

Según se informó, fueron cuatro los efectivos policiales que resultaron seriamente heridos, quienes debieron ser asistidos con urgencia, producto de las lesiones ocasionadas por reiteradas agresiones perpetradas con elementos contundentes, tales como palos y piedras.

La policía habría intentado llevar adelante las medidas de notificación e intimación, las cuales no se pudieron cumplir, aún con la mediación del padre Ernesto Vilte. Ante esta situación, se procedió a la notificación legal de la intimación al asesor del sindicato azucarero, Enrique Waschneider. Sin embargo, se hizo caso omiso a la intimación. Fue entonces cuando se dispuso el avance de un grupo de Infantería munido solamente de escudos para neutralizar agresiones y despojados de armas de autoprotección.

De inmediato, se originó una violenta reacción de parte de los manifestantes con una brutal pedrea contra personal policial, poniendo en serio peligro la integridad física de los efectivos y de particulares que se encontraban ocasionalmente en el lugar. Seguidamente, se ordenó replegar y se recurrió a dispositivos de gas para disipar a los agresores, contener el ataque y retirar a los uniformados que se encontraban heridos y tendidos en el piso.

Con el retroceso de la Policía, la agresión se intensificó, afectando inclusive a domicilios particulares.

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