Caos en París ante el desborde del Sena
Las calles y los paseos del Sena, inundados. El Museo del Louvre, con varias de sus salas cerradas mientras se resguardan obras de las bóvedas y de las salas inferiores. El Orsay, atento ante posibles evacuaciones. Trenes suspendidos, estaciones clausuradas, carteles, árboles y puestos sumergidos. Y, por si no fuera suficiente, cientos de ratas escaparon de la vera del río e invadieron las calles.
Así de apocalíptico es el escenario de los últimos días en las márgenes del río, que nace en la Côte-d’Or y atraviesa Francia de este a norte hasta desembocar en el Canal de la Mancha. En los alrededores de la Torre Eiffel, este sábado, el agua incluso se acercaba peligrosamente a la altura del tránsito, sobre la Avenida de Nueva York. El parque de Vert-Galant, ubicado al lado del Pont Neuf y que ofrece una de las vistas más lindas de la ciudad, estaba completamente bajo el agua.
El organismo a cargo de la supervisión de los cursos del agua, Vigicrues, mantenía una alerta naranja por el riesgo de inundaciones importantes en al menos 12 departamentos del Norte y del Este de París y se esperaba que para este domingo el Sena alcanzara los seis metros en París. Durante el sábado, el río tuvo un crecimiento de 10 centímetros en 24 horas y superó un nivel de 5,70 metros.
Mientras tanto, el servicio meteorológico prevé que las intensas lluvias que se registraron durante diciembre y enero y que provocaron las inundaciones seguirán el fin de semana y se reanudarán el miércoles. Para el descenso del río, la previsión es poco alentadora. Recién comenzará dentro de dos semanas y tomará varios días ya que las napas subterráneas están saturadas.
El desborde de la cuenca del Sena atrajo a los curiosos al crear una atípica postal en las márgenes parisinas. En contrapartida para los turistas, los cruceros que ofrecen paseos por la capital no pueden navegar y el acceso al Palacio de Versalles, ante el cierre parcial de la línea RER C, es prácticamente imposible. En tanto, el Louvre -sobre la vera del río- se vio obligado a cerrar varias de las salas de arte islámico que se encuentran en la parte baja del museo para resguardar las obras, así como evacuar algunas de sus bóvedas ante eventuales filtraciones. Por su parte, el Museo Orsay estaba atento ante la posibilidad de tener que tomar medidas similares.
Para completar el panorama, centenares de ratas que se encontraban en los márgenes del Sena emergieron hacia las calles ante las inundaciones, lo que redundó en una invasión de las mismas en distintos puntos de la ciudad. La lucha de París contra los roedores no es nueva. Sin ir más lejos, el año pasado debieron ser cerradas las plazas que se encuentran cerca del Sena para ser desinfectadas, aunque ante la crecida del río los esfuerzos fueron en vano.
La última vez que el Sena registró un desborde de estas características fue entre mayo y junio de 2016, y la repetición de este fenómeno tan solo un año y medio después preocupa a las autoridades francesas, que ya se plantean nuevos planes de contingencia y trabajos para evitar que este escenario se vuelva a repetir.