Control de uso de tecnología en los niños ¿Invasión a la privacidad o prevensión?
En el episodio “Arkangel”, de la popular serie Black Mirror, una madre sobreprotectora decide implantar un chip en el cerebro de su hija para poder controlar, a través de una tablet y una aplicación, todo lo que ve y siente su pequeña. Este sistema, originalmente pensado como una aplicación de control parental, le permite a la madre no solo ver lo mismo que la niña ve, sino también monitorear sus emociones y estados de ánimo e incluso “filtrar” las imágenes que le puedan hacer daño, haciendo que la niña las vea pixeladas.
Acerca de la utilidad de las aplicaciones de control parental
No hace falta llegar al extremo de implantar un chip, como plantea la serie, para analizar hasta qué punto estamos controlando y cuándo pasamos a invadir la privacidad del niño.
Hoy en día, ya están disponibles aplicaciones para geolocalización, controlar el contenido que pueden ver en Internet y en la televisión, aplicaciones con acceso al micrófono para escuchar el sonido de donde están o incluso registrar todo aquello que pasa en la pantalla del dispositivo, mediante capturas de video.
Si bien estas herramientas parecieran ser la gran solución a los problemas que pueda tener todo padre de un nativo digital, lo cierto es que no todas las aplicaciones de control parental funcionan igual, ni tienen las mismas características; por lo que es muy importante analizarlas y elegir aquella que se ajusta a los valores de cada familia.
Por otro lado, muchos controles que al principio parecen ser muy útiles para los padres, terminan siendo invasivos para los chicos; lo que termina provocando una reacción contraria a la esperada. El niño, en lugar de sentirse protegido y contenido, se siente invadido y busca evadir estos controles.
La clave no está en el control que se implemente, sino en el diálogo y en acompañarlos en el mundo digital, tal como lo haríamos en el mundo físico. Se trata de enseñarles, mediante el diálogo y con el apoyo de herramientas digitales, cuáles son los peligros y riesgos en Internet, cuáles son sus responsabilidades, qué se debe y no se debe hacer y cuáles son las formas de protegerse.
Las aplicaciones de control parental resultan muy útiles cuando los niños son más pequeños, cuando comienzan a utilizar la computadora o tienen su primer teléfono móvil. Sin embargo, entrando ya en la temprana adolescencia, estos controles serán cada vez más difíciles de mantener o implementar. Por lo tanto, la clave está en ir soltando los controles y traspasando las responsabilidades lentamente, según van creciendo y comprendiendo cómo comportarse en el mundo digital.
El objetivo debería ser que el niño entre en la adolescencia completamente empoderado y comprendiendo los riesgos que hay en Internet y cómo debe protegerse y, sobre todo, con la confianza y tranquilidad de poder hablar con sus padres si algo le preocupa o lo hace sentir incómodo. Para lograr esto, el diálogo y el acompañamiento debe empezar mucho antes de esta edad, en el instante en que el niño comienza a entrar en el mundo digital.
¿Cuál es la mejor forma de instalar una aplicación de control parental?
La clave para que el control parental sea una herramienta útil tanto para los padres como para sus hijos, está en que sea una forma de cuidado y no un control impuesto. Una vez elegida la aplicación que se adecua a los valores de la familia, lo mejor es instalarla y configurarla junto al niño. Previamente se deben establecer cuáles son las reglas básicas para el consumo digital y cuáles son las responsabilidades del niño, explicarle que la aplicación de control parental es una forma que tienen papá y mamá de cuidarlo en el mundo digital y que van a instalarla juntos.
Algunas de las funcionalidades claves que resultan muy útiles del control parental y que ayudan a proteger a los niños, sin invadir su privacidad, son:
Control de aplicaciones: Se aplican filtros basados en la edad para administrar las aplicaciones a las que los niños podrán acceder y utilizar.
Control de accesos web: Bloquea los sitios web inapropiados según la edad, ya sea en forma individual o por categorías.
Límite de tiempo para diversión y juegos: Establece una cantidad máxima de horas para que los niños jueguen con sus dispositivos. También administra el tiempo de uso, por ejemplo, bloqueando el acceso a juegos y aplicaciones durante el horario escolar o a la hora de dormir.
Geolocalización: Permite verificar la ubicación actual del dispositivo en cualquier momento.
Informes: El objetivo de los informes es conocer el comportamiento general del niño en Internet, con el objetivo de encontrar el mejor momento para ir soltando los controles. Incluyen métricas que nos informan sobre el uso que da el niño al equipo, como el tiempo de uso de determinadas aplicaciones, rangos horarios, entre otras.
Por último, estos informes también resultan muy útiles para conocer cuáles son las aplicaciones que más utilizan los niños o que más les gustan. Conocer sus gustos y sus intereses es un buen punto de partida para comenzar a hablar de cuidados digitales.
Recuerda que tal vez tu hijo sepa mejor cómo funciona una aplicación o tenga más habilidades a la hora de utilizar el dispositivo móvil, pero tú sabes más de los riesgos y peligros que pueden acecharlo. Qué mejor que usar la tecnología juntos y disfrutarla de forma segura.
¿Qué piensan los niños sobre la seguridad en Internet?
Hablamos de cómo monitorear el uso que le dan a la tecnología de los más pequeños, pero ¿qué piensan ellos sobre la seguridad en Internet?, ¿consideran que es un tema importante?, ¿qué es lo que más temen de Internet? Estas y otras preguntas fueron incluidas en una encuesta realizada por Digipadres junto con Argentina Cibersegura, con el objetivo de conocer la opinión de los más chicos y saber qué tan seguros se sienten en Internet.
Algunos de los principales datos que dejó la encuesta es que 1 de cada 3 niños asegura haber sufrido una situación incómoda en Internet. Por otra parte, al ser consultados sobre qué es lo que más temen de Internet, los principales miedos fueron: qué roben sus claves de acceso y se hagan pasar por ellos, que averigüen datos o información personal y que se envíen fotos de ellos entre sus contactos.
Un dato interesante para los padres es que más del 50% de los niños estaría dispuesto a hablar con ellos sobre los cuidados y sobre situaciones que puedan darse en Internet.
Fuente: We Live Security