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River superó 1-0 a Independiente Santa Fe y avanzó a los octavos de la Libertadores

Plan perfecto para River: con un dibujo particular, especialmente diseñado para hacerse fuerte en El Campín de Bogotá, superó 1-0 a Independiente Santa Fe y se convirtió en el segundo equipo argentino en clasificarse a los octavos de final de la Copa Libertadores.

En un encuentro que contó con el arbitraje de Roberto Tobar, Lucas Pratto fue el autor del tanto visitante, que eliminó a los bogotanos de la competencia.

Marcelo Gallardo planificó el partido observando minuciosamente el contexto: los 2.300 metros de altura de Bogotá, la urgencia de Independiente Santa Fe y los nombres de los que dispone. De esta manera, apeló a un dibujo con cinco defensores, con laterales bien abiertos, y Pity Martínez y Quintero detrás del ariete: Pratto.

Con lo pensado desde el pizarrón, el Millonario le bajó el ritmo al juego, desnudó la falta de imaginación del conjunto bogotano y abrió el campo. Los laterales, de a uno por vez, resultaron profundos, apuntalados por el pase filoso de Quintero.

Primero acunó al adversario. Luego, le aplicó el golpe. A los 23 minutos, el pase del colombiano encontró a un Pratto contundente: 1-0. Pudo ampliar, a través de un tiro libre, o con la llegada sorpresiva de Montiel, mostrando la correcta lectura del cuerpo técnico.

Independiente tuvo una chance clara y, como viene ocurriendo durante la campaña, encontró a un Armani implacable.

En la segunda parte, tal vez por el peso de las piernas y de la altura, River retrocedió. Y dejó venir a Independiente, siempre reduciéndole los espacios, apuntando a minimizar riesgos y forzando, en muchas ocasiones, al ataque frontal, hecho que favoreció a los tres centrales.

Es verdad, ceder tanto el protagonismo convoca a la fatalidad. Gallardo, para evitar la postura, movió las piezas, buscando la frescura de la primera parte. Ignacio Fernández entró por un Quintero que se apagó; Santos Borré tomó el lugar de Martínez. Minutos más tarde, Mayada, siempre dinámico, ocupó la plaza de Enzo Pérez.

Pero le siguió costando a River sacar el contragolpe de la definición. Tampoco padeció mucho, salvo a los 25′ de la parte complementaria, cuando Martínez Quarta sacó en la línea lo que parecía la igualdad local por parte de Wilson Morelo.

Sin embargo, con oficio, continuó haciendo evidentes las dificultades en la elaboración de Independiente. Y aguantó el 1-0. Tal vez con herramientas diferentes a las que ofrece la filosofía Gallardo. Pero con la inteligencia suficiente para entender el contexto.

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