Ante los pedidos del FMI, el Gobierno aceptaría hacer un ajuste más fuerte en el déficit y contener al dólar
Tras una semana de nerviosismo cambiario y reuniones en Washington, el gobierno de Mauricio Macri descuenta que el Fondo Monetario Internacional(FMI) pedirá modificaciones en la pauta del déficit fiscal, con una leve reducción, y en el tipo de cambio, como parte de las negociaciones de un crédito stand-by de “alto acceso”. Y el Gobierno estaría dispuesto a considerarlas.
La presunción es que el FMI pedirá un recorte del déficit fiscal apenas por debajo de la meta de 2,7% del PBI fijada hace diez días por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Sería una señal a los mercados, pero un apoyo al gradualismo de Macri.
Según pudo saber el diario La Nación de fuentes oficiales, el Presidente aceptaría negociar una o dos décimas esa pauta a cambio del paraguas del Fondo. El crédito stand-by garantizaría a los inversores que el país cubrirá su necesidad de financiamiento de déficit, apaciguará las corridas y reabriría el mercado de capitales.
“Todo quedará sujeto a las negociaciones que todavía no empezaron; no se puede adelantar nada”, se plantan los voceros del Gobierno.
Pero también trascendió que la Casa Rosada cree que el FMI considera que el tipo de cambio está retrasado y que, luego de la crisis cambiaria que comenzó el 23 de abril, estaría llegando a su punto de equilibrio. Macri coincide con ese análisis y estaría dispuesto a dejar deslizarse el dólar sin que se dispare.
La baja del déficit y un aumento del tipo de cambio serían complementados con un pedido de mayor apertura comercial para revertir el déficit de cuenta corriente, entre lo que se importa y lo que se exporta.
La semana próxima será clave. El martes vencerán 670.000 millones de pesos de Lebac (28.000 millones de dólares) y los que no las renueven podrían presionar sobre el dólar. Será clave el Banco Central , que anteayer vendió 1100 millones de dólares y contuvo un alza récord del dólar, que de 23,22 pesos subió a 24,24 y bajó finalmente a 23,69. El presidente del BCRA, Federico Sturzenegger , se mostró confiado en la intimidad.
Luego de versiones sobre su renuncia, un grupo de diputados de Cambiemos, encabezados por Cornelia Schmidt, lo respaldó y le ofreció colaboración. Sospechan que las críticas al titular del BCRA provienen de la propia Casa Rosada. Pero la renuncia fue desmentida. Sturzenegger los tranquilizó: “Estamos haciendo lo mejor que podemos y va a salir todo bien”. También hay rumores de que tras la negociación con el Fondo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quedaría en la cuerda floja. Pero en Balcarce 50 lo desestimaron.
Las grandes preocupaciones de Macri son que la sequía, la suba de tasas de Lebac al 40% y la devaluación resientan más de la cuenta el crecimiento económico y que la suba del dólar se traslade a precios. Sería un cúmulo de malas noticias.
Para ello, Macri se reunió anteayer con los grandes empresarios y, luego de hablar del FMI, los precios y la competitividad, les confesó su opinión de que el tipo de cambio aún está atrasado y está llegando a su equilibrio. El Gobierno y el FMI ven ese reacomodamiento como un factor para licuar el déficit fiscal.
Hace diez días, Dujovne anunció la baja de la meta del déficit de 3,2% a 2,7% del PBI para 2018. “Si el Fondo pide 1% de déficit fiscal, no podremos aceptar. Si pide 2,5 se negociará, pero todavía es imposible saberlo. Aunque el gradualismo tiene respaldo”, señalaron en la Casa Rosada.
La negociación formal con el FMI aún no comenzó. Dujovne solo tuvo reuniones para solicitar el crédito. El directorio del Fondo debe aprobarla -se reunirá la semana próxima- y solo entonces empezará. Por ello, el Gobierno no adelanta las condiciones que podría negociar, las que no negociará o las que sí aceptaría.
Macri confía en el apoyo al acuerdo que obtuvo de los Estados Unidos, España, Japón, Chile, Brasil, China, Holanda, México y Francia. Y del respaldo público de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde , al gradualismo oficial. Según el informe del artículo IV del FMI para la Argentina en 2017, se debían reducir déficit, salarios, pensiones, transferencias a provincias, impuestos distorsivos y cargas laborales. Además, planteó flexibilizar las relaciones laborales, fomentar la competencia y eliminar trabas al comercio exterior y a la inversión extranjera. Macri hizo algunas reformas y otras no, por la resistencia sindical y social.
El Gobierno descuenta que el FMI no presionará para forzar cambios que impliquen alta conflictividad política, porque el mundo apoya a Macri como caso testigo exitoso de salida del populismo y porque en diciembre será sede del G-20.
Los grandes empresarios también respaldaron el acuerdo con el FMI. Jaime Campos, presidente de AEA, dijo ayer que “el Presidente está muy bien. Es necesario un acuerdo con el FMI y al mismo tiempo seguir dialogando sobre la competitividad de las pymes y las grandes empresas”. También señaló que “a nadie le conviene tampoco subir los precios” porque pueden bajar las ventas.
(Fuente: La Nación)