Trabajan para reforzar el acueducto del río Grande
La empresa Agua Potable y Saneamiento de Jujuy ultimaba ayer detalles para culminar la obra refuerzo acueducto Río Grande – Los Perales, con el fin de dar solución y proyección del servicio de agua por los próximos 20 años a un sector muy poblado de capital jujeña que comprende numerosos barrios (Los Perales, Marcelino Vargas, Chijra, Campo Verde, Barrio Prensa, Bajo La Viña, Alto La Viña, Higuerillas y zonas aledañas).
Esta inversión responde a una política pública concreta y preventiva en caso de contingencia y ser una alternativa del acueducto existente, ya que en los últimos años hubo varios episodios que dejaron sin servicio a este sector demográfico y que por varias décadas no se realizó ningún tipo de obra hídrica paliativa.
Al respecto, el presidente de la prestataria estatal, Víctor Galarza, explicó que la compleja obra de ingeniería hídrica consiste en emplazar un nuevo acueducto de alimentación de 710 mm de material pead de una longitud de 1000 metros para la zona de la margen izquierda del Río Grande. El ducto irá colocado en forma paralela al acueducto existente de menor diámetro 630 mm en pleno servicio para evitar cualquier imprevisto que pudiera ocurrir y generar una mayor conducción de agua a un sector geográfico donde residen cerca de 70.000 usuarios y donde las características geográficas presentan muchos declives e irregularidades que nos generan redoblar esfuerzos y recursos que aseguren la prestación del servicio de agua.
El emplazamiento del acueducto de 710 mm está compuesto además de válvulas de desagüe, dos empalmes al acueducto existente junto a piezas especiales, cuatro válvulas exclusas que le permiten al ducto tener una mejor conducción del líquido elemento. La cañería se protege con colchonetas colocadas estratégicamente en la parte superior del acueducto para evitar cualquier tipo de anomalías.
El refuerzo del acueducto ya se encuentra alineado y descubierto al acueducto existente de 630 mm pead luego de haber realizado las pruebas hidráulicas correspondientes y aplicar primera vez tecnología de punta mediante un equipo de sondeo interno con cámara robotizada para inspección de tuberías, con la cual se monitoreo y verifico de manera interna las condiciones del ducto.
Para la finalización de esta obra sólo resta avanzar con los dos empalmes al acueducto existente, el cual debe realizarse mediante dos fusiones que garantizaran el normal funcionamiento del acueducto, las cuales se informarán y coordinaran, para dar a conocer las fechas en las que se llevaran a cabo, a fin de tomar los recaudos necesarios.
Galarza destacó que “este emplazamiento de acueducto tuvo grandes movimientos de suelo y áridos; donde trabajaron 10 máquinas de gran porte (topadora, retroexcavadora, palas mecánicas, entre otras) que no solo realizaron defensas para desviar el cauce del Río Grande, sino también sangrías de desagües para no interrumpir el trabajo de emplazar el ducto a una profundidad promedio de 4.30 metros para resguardar el normal funcionamiento de dicho acueducto y garantizar la conducción y distribución del elemento vital”.