El Frente de Todos suma aliados y será primera minoría en Diputados y Senadores
Uno de los premios consuelo que dejaron las elecciones del 27 de octubre para Juntos por el Cambio, el crecimiento de su bancada en Diputados y la consolidación como primera minoría, está a punto de quedar noticia vieja.
El Frente de Todos se prepara para confirmarse como la bancada más numerosa en la Cámara baja, tras enrolar en sus filas a fuerzas provinciales afines y monobloques. Sergio Massa, futuro presidente de la Cámara, y Máximo Kirchner, que será jefe de la bancada, tendrían un piso de 119 legisladores y según algunas cuentas, hasta 124. La relación de fuerzas “provisoria” que habían dejado las elecciones era de 119 diputados de Juntos por el Cambio, y 109 del Frente de Todos.
Este objetivo de ir hacia el dominio del Congreso, que se impuso el futuro gobierno, se consolidó con el acuerdo de Cristina Kirchner con el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, para ubicar a la esposa del mandatario y senadora electa, Claudia Abdala, como presidenta provisional del Senado.
Zamora sumará así los 7 diputados del Frente Cívico por Santiago, que le responden, al Frente de Todos. Con tres misioneros del Frente de la Concordia -también aliado al kirchnerismo- ya llegan a los 119. Y la cuenta no termina ahí. Con el peronista mendocino Omar Félix, y la chubutense Rosa Rosario Muñoz (aliada massista), ya ascenderían a 121.
El otro dato es que, como se definió en el Senado por orden de Cristina Kirchner, se tratará de un bloque unificado. En el análisis de fuentes del peronismo no kirchnerista, el experimento es osado porque disuelve al menos en lo formal las identidades provinciales: “Se verá en la marcha si funciona, o es algo forzado y termina habiendo una foto de la Cámara en diciembre, y otra en marzo o abril de 2020”, señalan. En este aspecto, la estrategia anterior de Agustín Rossi -el actual jefe de la bancada del FpV, que todo indica será ministro de Defensa- era sumar aliados pero en el marco de un interbloque.
Del otro lado, Cambiemos padece sus propios intríngulis. Este miércoles (ver aparte) hay reuniones decisivas de los bloques de la UCR y del PRO, que deben decidir sus autoridades.
Muchos se preguntan si al final del día se seguirán contando 119 miembros, o habrá bajas. Se afirma que Pablo Ansaloni, sindicalista de la Uatre que entró en listas de Juntos por el Cambio armará un monobloque. Y hay suspenso sobre el caso de tres peronistas aliados al macrismo, que resistirían la intención de Cristian Ritondo -liderará la bancada macrista- de ser incluidos en el bloque de PRO.
Como primera minoría, el Frente de Todos tendrá preeminencia en el reparto de comisiones y en cargos de la Cámara. Además de dar señales de control político y gobernabilidad, en el arranque de gestión de Alberto Fernández. Massa está hiperactivo hace días, tratando de sumar más voluntades.
“Trabaja para balcanizar lo más posible, que no quede nada en el medio. Pero si a Diputados vuelve la escribanía, su rol como presidente quedará desdibujado, no será como Emilio Monzó en los primeros años del macrismo”, indicó una fuente del PJ que aseguró que varios diputados que responden a los gobernadores peronistas, vuelven al bloque que conducirá Máximo, por el compromiso que tienen los mandatarios.
En medio buscando articular un bloque “antigrieta” que pueda ser decisivo quedó Graciela Camaño, ex compañera de ruta de Massa.
La otra preocupación de Massa y de Máximo, es el quórum. Con otros provinciales como los 3 puntanos que responden a los hermanos Rodríguez Saá; Alma Sapag (del MPN) y Luis Di Giácomo (de Juntos Somos Río Negro) -estos dos últimos harán bloque propio-, se acercarían mucho a los 129. Y deberá verse cómo juegan los 4 cordobeses que reportan al gobernador Juan Schiaretti. Como sea, se estima que para el quórum, el futuro oficialismo necesitará negociaciones, y acuerdos, con distintos sectores.