El impacto de las sanciones a Rusia y la suba de precios: ¿faltará gas en Argentina en invierno?
El anuncio del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, que impuso este martes una prohibición a las importaciones de petróleo y gas de Rusia, genera aun más tensiones y turbulencias en los precios globales de la energía, que comenzaron a dispararse luego de la invasión a Ucrania.
Se espera, además, un gran impacto en la oferta y, a nivel local, la pregunta se impone: ¿faltará gas en invierno? No sólo eso: el salto de precios presionará sobre varios puntos del acuerdo que la Argentina se comprometió a cumplir, como la reducción de los subsidios a la energía y del déficit fiscal.
Según especialistas consultados por Infobae, el país debería ya mismo delinear un plan de contingencia previendo que no alcanzará el gas para el invierno. “Estamos ahora en el momento más álgido. Es una situación incierta e imprevisible. La suba de precios es lógica por la salida de uno de los dos principales productores de gas y petróleo a nivel global. Con impacto en precios y abastecimiento. Por más que haya una distensión, los precios van a seguir altos durante gran parte del año”, estimó Gerardo Rabinovich, vicepresidente segundo del Instituto Argentino de la Energía (IAE) General Mosconi.
Rusia es el principal exportador mundial de crudo y productos derivados del petróleo combinados, con alrededor de 7 millones de barriles por día (bpd) o el 7% del suministro mundial. El temor a un shock de oferta disparó un 7% los precios del petróleo este martes. El barril de petróleo Brent —de referencia para el mercado local— llegó a operarse a USD 132,66, su precio más alto desde el 20 de julio de 2008.
En tanto, el gas natural licuado (GNL) alcanzó valores superiores a los USD 50 por millón de BTU, muy por encima de los USD 23 que el Gobierno argentino estimaba a comienzos de año para las importaciones que se deben realizar durante el invierno, cuando la demanda interna supera la provisión de gas producido en la Argentina.
La Argentina exporta crudo, pero al mismo tiempo la suba en los precios internacionales presiona sobre los precios locales de los combustibles que se pueden trasladar a los surtidores. Además, un 15% del gasoil que se consume en la Argentina es importado, se utiliza para maquinaria agrícola, generación de energía y también en vehículos livianos.
Rusia es el principal proveedor de hidrocarburos de Europa, lo que explica el fuerte impacto que tuvo la invasión a Ucrania sobre los precios de la energía, en particular del gas licuado (GNL). “La Argentina tiene que generar un plan de contingencia porque esta situación le pega de lleno en precios y en abastecimiento. La Argentina no tiene divisas para comprar lo que necesita y hay muchos países que están saliendo a buscar y que tienen más aceitada la estructura de compra de combustible. Estamos en una emergencia sin precedentes; hoy todas las señales son malas. El Gobierno tiene que decir cómo lo va a afrontar y cuáles van a ser las consecuencias”, agregó Rabinovich.
Según un informe de la consultora Equilibra, en este contexto de disparada de precios, la Argentina tiene que afrontar la compra de importantes volúmenes de GNL para abastecer de gas a hogares y generadores térmicos de electricidad este invierno. La provisión de gas que se espera importar desde Bolivia va a ser menor que en 2021, por lo que el saldo restante tendrá que importarse desde otras partes del mundo.
Se estima que la Argentina necesita incrementar al menos un 20% sus importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) respecto a los volúmenes del invierno pasado. En 2021 el 43% del gas importado fue GNL, por el cual se pagó un precio promedio de USD 8,33 por millón de BTU. Este año, se estima que el 54% de las importaciones de gas serán de GNL y el 46% restante vendrá de Bolivia, que por el declino de su producción viene reduciendo las entregas.
A los precios actuales, las importaciones de GNL podrían rondar los USD 7.000 millones este año, contra USD 1.100 millones de 2021. En particular, la suba de precios de la última semana implicaría un potencial aumento de estas importaciones de casi USD 3.000 millones. “Con el esquema de subsidios planteado en el marco del acuerdo con el FMI, gran parte de este costo lo afrontará el Estado, imposibilitando la reducción de los subsidios energéticos en 2022″, destacaron desde Equilibra.
Si bien el país es exportador neto de petróleo, y se puede ver favorecido por los mayores precios, esto no compensa el déficit comercial energético, que a principio de año se estimaba en USD 3.600 millones y con los precios actuales superaría los USD 6.000 millones si los precios siguen en los niveles actuales y no se limita la demanda de los grandes usuarios en invierno (medida clave para contener importaciones de GNL), según el análisis de la consultora.
“El aumento del precio del GNL afecta por doble vía (tarifas y subsidios y necesidad de divisas). En el caso del crudo es un balance, para la macro entran más dólares pero genera tensiones inflacionarias. Una pregunta a hacernos es quién carga con los nuevos costos y beneficios del salto de los precios en general, y si esto tiende a generalizar los costos y concentrar los beneficios”, señaló Luciano Codeseira, director para la Argentina de Gas Energy Latin America.
“Lo que nos queda como política energética para evitar un ajuste por cantidad es rezar que llueva y que tengamos un invierno templado”, agregó.