Boca ganó gracias a un hat-trick de Cavani, que terminó con su sequía, y se acerca a la punta de la Copa de la Liga
El superclásico que terminó exactamente siete días antes del pitazo inicial de este Boca – Belgrano pareció influir positivamente en la gente de Boca. El entusiasmo para recibir al equipo (con fuertes aplausos para todos los titulares menos para el colombiano Jorman Campuzano) tuvo su continuidad en el fervor con el que la gente vivió los primeros minutos del partido.
Y fue mientras los equipos se acomodaban que el local vio cómo su rival lo sorprendía con un mediocampo que le peleaba la tenencia de la pelota y buscaba presionarlo sin replegarse.
Bastaron un par de aproximaciones del xeneize en esos primeros minutos para que un mal pase atrás de Campuzano fuera interceptado nada menos que por Esteban Rolón. Sí, Rolón, el mismo que nunca fue solución para algún DT xeneize y que con la camiseta de Belgrano ya le hizo un gol en el partido que jugaron el año pasado en Córdoba. Bueno, ese mismo Rolón les ganó a Medina y Figal juntos y se fue solo contra el arco de Chiquito Romero. Pero tuvo piedad, o mas bien definió según sus antecedentes goleadores: a las manos del arquero.