Salud

Cáncer y fertilidad, el lema de 2019 para conmemorar la lucha de millones de personas

Día Mundial de Lucha contra el Cáncer, se conmemora hoy, 4 de febrero, una fecha impulsada por organizaciones internacionales que tiene por objetivo promover la concientización sobre la importancia de la prevención, la detección temprana y los controles y cuidados necesarios para incrementar la tasa de curación y supervivencia. En nuestro país, la incidencia de enfermedades oncológicas es media-alta, con 217 casos nuevos por año cada 100.000 habitantes, según datos de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer. Repasamos la influencia del cáncer en la fertilidad para que quienes atraviesen una patología de este tipo y quieran convertirse en padres, conozcan las alternativas disponibles.

“En primer lugar, hay que destacar que cada cuadro es único y particular, pero como regla general, podemos afirmar que es posible convertirse en madre luego de una enfermedad oncológica”, señala el Dr. Fernando Neuspiller, director de IVI Buenos Airesquien además explica que, de acuerdo a varios estudios, la experiencia del cáncer aumenta un 30% el deseo de tener hijos biológicos.

En pacientes en edad reproductiva, preservar la fertilidad es una de las primeras decisiones que se deben tomar frente a un diagnóstico de cáncer, abordando con el especialista la posibilidad de infertilidad previo al inicio del tratamiento oncológico (quimioterapia, radioterapia y/o cirugía) y otorgándole toda la información para que pueda tomar una decisión respecto a su futuro. “Existen diversas opciones que permiten preservar la fertilidad; nuestra recomendación es la vitrificación, siempre luego de una interconsulta y la aprobación del equipo oncológico”, indican desde IVI Buenos Aires.

La técnica de vitrificación consiste en la estimulación ovárica con medicación, que puede iniciarse en cualquier momento del ciclo de la mujer, para luego aspirar los ovocitos que entrarán en un proceso de solidificación en el que serán tratados con una sustancia crioprotectora y sumergidos en nitrógeno líquido a una temperatura de -196°C. A diferencia de la congelación tradicional, no se forman cristales de hielo que puedan dañar al óvulo y todo el procedimiento se lleva a cabo solamente entre 10 y 12 días. Luego, una vez que la paciente haya finalizado su tratamiento oncológico y sea dada de alta, puede comenzar con el tratamiento de Reproducción Asistida haciendo uso de sus óvulos obtenidos previamente.

Los varones también pueden tener complicaciones sobre su capacidad reproductiva, por ejemplo, al recibir radiación sobre la próstata o los testículos, o si deben someterse a una cirugía de extracción de uno o ambos testículos (orquiectomía). Por eso, es recomendable consultar con un especialista en fertilidad y analizar la conveniencia de congelar semen. El método sugerido para esto es la crioconservación, que consiste en la congelación de semen para conservar muestras de espermatozoides procedentes tanto del eyaculado como del testículo o epidídimo, manteniéndolas a muy bajas temperaturas hasta su descongelamiento. Este procedimiento debe hacerse tan pronto como sea posible de forma coordinada entre las unidades de Oncología y Reproducción Asistida.

Finalmente, es muy importante realizar un Test de Compatibilidad Genética antes de comenzar a buscar un embarazo por vía natural o fertilización asistida, dado que todas las personas tenemos alrededor de 5-18 mutaciones recesivas severas que pueden causar una enfermedad genética, y el test es capaz de reducir el riesgo teórico de tener una descendencia afectada de 1 de cada 100 a 1 en cada 30.000. El análisis es especialmente efectivo para detectar el gen BRCA2, vinculado en un 60% al cáncer de mama hereditario.

“La mejora de los tratamientos oncológicos, así como la eficacia de los programas de diagnóstico precoz han conseguido que las tasas de curación y supervivencia de algunos tumores aumenten considerablemente. En sintonía con este panorama, el desafío de los especialistas es darles mayor preponderancia a los efectos secundarios de los tratamientos de quimio y radioterapia, priorizando especialmente la función ovárica y el mantenimiento de la fertilidad”, concluye el Dr. Fernando Neuspiller.

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