Salud

Cómo prevenir el glaucoma, la principal causa de ceguera

Un equipo periodístico de The Guardian se internó en Lugansk, donde conoció a “Los Lobos de la Noche”, una banda de motociclistas armados al estilo de Mad Max que añoran la Unión Soviética.

Es una afección que daña progresivamente al nervio óptico y afecta la visión de manera irrecuperable. En la semana mundial de la enfermedad, un especialista alertó a Infobae que en el país la padecen un millón y medio de personas y la mitad lo desconoce.

Del 6 al 12 de marzo se celebra en todo el mundo la Semana Mundial del Glaucoma y en toda Latinoamérica el lema de la campaña este año es “Mira por tus ojos y por el de los tuyos también” y apunta a resaltar el rol de los familiares y cuidadores en la salud visual de sus seres queridos.

Es que si bien el glaucoma no discrimina por edad, sexo, raza, ni religión, “a más edad hay más riesgo de padecerlo”. “Es una enfermedad frecuente después de los 40 años y más aún después de los 60”, destacó a Infobae el médico oftalmólogo Javier Casiraghi (MN 72429), jefe del Servicio de Glaucoma del Hospital de Clínicas, fundador y miembro titular de la Sociedad Latinoamericana de Glaucoma (SLAG).

Tener diabetes, miopía o un familiar directo con glaucoma son otros de los factores, además de la edad, que vuelven a una persona más propensa a sufrir este mal.

Padecida por 60 millones de personas en todo el mundo y un millón y medio en la Argentina, el glaucoma es “una enfermedad de los ojos que afecta la visión de manera irrecuperable”, según explicó el además miembro de la Asociación Argentina de Glaucoma (ASAG).

“La presión ocular aumentada produce un daño en el nervio óptico que se traduce en la pérdida de la visión y esa pérdida es irrecuperable”, remarcó Casiraghi, para quien el aspecto más “grave” de esta enfermedad es que “no genera síntomas antes de que se haya perdido un porcentaje importante de visión”.

Tras asegurar que “llega a perderse aproximadamente el 40% de la visión hasta que el paciente se da cuenta del defecto”, el especialista insistió en que “la población es cada vez más longeva, se calcula que para 2020 habrá 80 millones de personas con glaucoma en el mundo”.

Por qué se vuelve clave el diagnóstico temprano

Si el glaucoma es la principal causa de ceguera en el mundo y sólo da síntomas cuando se encuentra en un estadio avanzado, ¿es posible evitar perder la visión?

Es que al día de la fecha no existe una cura para la lesión generada en el nervio óptico y correspondientemente en el campo visual, producida por el glaucoma. Lo interesante es, según el especialista, que diagnosticado a tiempo, “el daño puede enlentecerse e incluso detenerse bajando la presión ocular, si se administra el tratamiento adecuado”.

El control oftalmológico anual, que incluya toma de presión ocular y un fondo de ojo para ver el estado del nervio óptico son tres herramientas que serán de gran ayuda si de diagnosticar tempranamente el glaucoma se trata.

“Además, conocer que existe es una manera de saber que tenemos que cuidarnos y en este punto las campañas de concientización son clave”, reflexionó Casiraghi.

“La persona que se hace el examen oftalmológico podrá encontrarse con dos escenarios: que el especialista observe que todo es normal y la cite al año siguiente o que se le encuentre presión elevada en la vista -detalló-. A la persona que se le detecta presión ocular aumentada se le mira con más detenimiento el nervio óptico, se le hace un campo visual y se mira el ángulo”.

O sea que el glaucoma es un “daño del nervio óptico y campo visual por presión ocular aumentada”.

Sabiendo que no tiene cura, vale conocer la terapéutica que se lleva a cabo tras el diagnóstico. “No se cura. Se controla con medicación, con láser o con cirugía con el objetivo de bajar la presión ocular para disminuir el riesgo de seguir perdiendo vista”, remarcó Casiraghi, quien explicó que “siempre se comienza con gotas, a veces en caso de alergia, intolerancia o dificultad para ponerse las gotas en algunas situaciones se comienza con láser y cuando la medicación y el láser no alcanzan para mantener la presión normal se recurre a cirugía”.

Es que al día de la fecha no existe una cura para la lesión generada en el nervio óptico y correspondientemente en el campo visual, producida por el glaucoma. Lo interesante es, según el especialista, que diagnosticado a tiempo, “el daño puede enlentecerse e incluso detenerse bajando la presión ocular, si se administra el tratamiento adecuado”.

El control oftalmológico anual, que incluya toma de presión ocular y un fondo de ojo para ver el estado del nervio óptico son tres herramientas que serán de gran ayuda si de diagnosticar tempranamente el glaucoma se trata.

“Además, conocer que existe es una manera de saber que tenemos que cuidarnos y en este punto las campañas de concientización son clave”, reflexionó Casiraghi.

“La persona que se hace el examen oftalmológico podrá encontrarse con dos escenarios: que el especialista observe que todo es normal y la cite al año siguiente o que se le encuentre presión elevada en la vista -detalló-. A la persona que se le detecta presión ocular aumentada se le mira con más detenimiento el nervio óptico, se le hace un campo visual y se mira el ángulo”.

O sea que el glaucoma es un “daño del nervio óptico y campo visual por presión ocular aumentada”.

Sabiendo que no tiene cura, vale conocer la terapéutica que se lleva a cabo tras el diagnóstico. “No se cura. Se controla con medicación, con láser o con cirugía con el objetivo de bajar la presión ocular para disminuir el riesgo de seguir perdiendo vista”, remarcó Casiraghi, quien explicó que “siempre se comienza con gotas, a veces en caso de alergia, intolerancia o dificultad para ponerse las gotas en algunas situaciones se comienza con láser y cuando la medicación y el láser no alcanzan para mantener la presión normal se recurre a cirugía”.

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