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Cuba se prepara para la visita de Obama y el show de los Rolling Stones

La calle que conecta al malecón con la plaza de la catedral de La Habana muestra en una de sus paredes una gigantografía con los rostros de los presidentes Obama y Raúl Castro y las banderas entrelazadas de fondo. Esa y algún que otro cubano que por convicción o por azar ayer vestía remeras con el diseño de la bandera de Cuba parecían a primera vista escasas referencias a la visita del jefe de la Casa Blanca, a la que todos adosan la palabra “histórica”.

Una segunda mirada, comparativa con el estado de la ciudad en agosto último, cuando el secretario de Estado, John Kerry, la visitó para la reapertura de la embajada de su país, es que hay edificios pintados a nuevo y muchas de las avenidas centrales sin baches, o con muy pocos.

También en La Habana Vieja, que entonces estaba con la calles zanjeadas para la colocación de nuevas redes, pasado el mediodía de sábado había cuadrillas repavimentando baches y mejorando la calzada.

Otras postales de hace siete meses estaban presentes. Decenas de habaneros se siguen aglutinando en torno a los edificios públicos del barrio del Vedado para captar la ansiada señal de internet. Y en esos centros de concectividad al aire libre tanbié  estan los vendedores de tarjetas de wi fi, para los frecuentes casos en que la señal que “presta” El buró oficial no es buena.

De los tres hechos históricos que se prevén para estos días, la visita de Obama, la posible firma de la paz entre el gobierno de Colombia y las FARC, y el recital gratuito de los Rolling Stones, a los habaneros les interesan exclusivamente el primero y el último.

“¿Esos tocan rock, no?”, comentó un taxista en referencia a la legendaria banca inglesa, a la que otro cubano calificó de “de Estados Unidos”. De todos modos, el taxista dijo que iría al recital del viernes y comentó que un pariente suyo de la zona de Varadero esta bisceando casa para alquilar por una noche para no tener que volver manejando de noche por las rutas poceadas.

“Por supuesto que ir a los actos públicos que se hagan por la visita de Obama. El viene a ver cómo vivimos y le vamos a decir que con humidad, pero con lo necesario”, dijo Alexis, uno de los cubanos que a vestía una remera de basquet de Cuba.

Cerca de alli, en el Vedado, un joven cuentapropista que vendía galletas en un carrito, Henry, dijo que le interesaban más los Stones, aunque preguntó cuándo iban a tocar.

Henry también contó que el paga una mensualidad al Estado para que le permitan vender las galletas que fabrica otro cuentapropista, que paga un porcentaje mayor por elaborarlas.

El sistema de arrendamiento al Estado, en una forma mixta de capitalismo, es muy frecuente en actividades vinculadas al turismo, por caso los taxis, pero las licencias para comerciarse extienden a muchos rubros y son una de las aperturas más marcadas de la administración de Raúl Castro, que tras heredar el poder de manos de su hermano y líder, Fidel Castro, encaminó a Cuba hacia una apertura que por ahora tiene su punto máximl con la visita de Obama.

De todos modos, en el caso del comercio cuentapropista la legitimación de esos trabajos fue un blanqueo de las actividades que muchos cubanos comenzaron a realizar durante el llamado “periodo especial”, que fue la dura etapa de feroces racionamientos tras la caída del Muro de Berlín y la posterior desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

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