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La evacuación de la ciudad canadiense de Fort McMurray fue “un milagro”

La evacuación de la ciudad canadiense de Fort McMurray, asediada por gigantescos incendios forestales, se logró sin una sola víctima, “un milagro”, declaró en la tarde del lunes la primera ministra de Alberta, Rachel Notley. “Fue un milagro que hayamos podido evacuar a toda la población” en forma segura y en algunas horas, estimó Notley al término de la primera gira de inspección de una ciudad que quedó “intacta al 90%” a pesar del fuego.

Los gigantescos incendios requirieron la evacuación preventiva de unas 100.000 personas, cuyo regreso, según los bomberos, no se prevé antes de al menos dos semanas. Los bomberos siguen protegiendo las infraestructuras de la amenaza de los incendios en los alrededores de la ciudad, sobre todo las instalaciones petroleras, pulmón económico de la provincia de Alberta.

Los medios involucrados en la lucha contra el incendio, que consta de 34 focos, de los cuales cinco siguen fuera de control en una provincia del tamaño de Francia, son impresionantes: alrededor de 1.500 bomberos, 150 helicópteros y unos 30 aviones cisterna. A ello hay que agregar 300 máquinas que permiten arrancar la maleza y los árboles que están a decenas de metros de las infraestructuras y así protegerlas de las llamas.

Pese a que el fuego seguía avanzando en los bosques del este de Fort McMurray, las condiciones meteorológicas (con un aire más húmedo, chaparrones aislados y vientos menos intensos) frenaban su avance y daban un poco de esperanza. Esas condiciones ayudaban a los bomberos mantener las llamas a distancia de las minas de arenas bituminosas de las compañías petroleras, edificios industriales y todas las infraestructuras necesarias para el retorno de los residentes.

Evaluación de daños

El primer objetivo de las autoridades es garantizar las condiciones de seguridad para el retorno, pero también permitir la reanudación del trabajo de las empresas, la administración pública y el comercio.

Tras una semana dedicada a evacuar a los habitantes y proteger las infraestructuras, la segunda fase consiste ahora en “evaluar los daños para identificar” las prioridades, explicó Scott Long, director de los servicios de emergencia de Alberta.

“La reconstrucción no será rápida ni fácil (…) y es esencial garantizar que esto se haga con seguridad”, destacó Ralph Goodale, ministro federal de Seguridad Pública, quien pidió a la población tener paciencia.

Lo primero será llevar transformadores y equipos de generación eléctrica, unidades de tratamiento de agua, reanudar el trabajo del hospital y las clínicas, así como de las escuelas y los servicios municipales, explicó Scott Long.

Las compañías petroleras cerraron varios sitios de producción en la región con la consiguiente caída de la producción del orden de 1 a 1,5 millón de barriles diarios. Una dificultad que durará varios días, el tiempo necesario para que retornen miles de asalariados.

Ayuda

A pesar de que el centro de Fort McMurray prácticamente no fue afectado por el fuego, algunos sectores residenciales del oeste y norte de la ciudad quedaron devastados, con viviendas reducidas a cenizas.

Los habitantes evacuados desde hace casi una semana están en centros de alojamiento transitorios, residencias universitarias, campings e incluso en casas rodantes en estacionamientos, todos a centenares de kilómetros de Fort McMurray.

Una comunidad aborigen al sudeste de Fort McMurray, que sigue amenazada por el fuego, recibió 5 toneladas de víveres por helicóptero.

Los miles de evacuados recibirán las primeras ayudas del gobierno provincial antes del miércoles. La ayuda se fijó en 1.250 dólares canadienses (cerca de 1.000 dólares estadounidenses) por adulto y 500 por persona a cargo. Las compañías de seguros también han desbloqueado fondos.

 

Fuente: Noticias Argentinas

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