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Lula fue acusado por corrupción en el segundo día de juicio contra Dilma

Una nueva acusación cayó el viernes contra el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, mientras el Senado decide el futuro político de Brasil con la probable salida de Dilma Rousseff y del Partido de los Trabajadores (PT) del poder.

La Policía Federal de Brasil inculpó al emblemático Lula de beneficiarse de los sobornos de algunas de las empresas de la trama corrupta de Petrobras. La acusación ocurrió mientras el Senado brasileño se encuentra en el segundo día de debates para decidir si despoja del cargo a Rousseff, acusada de dibujar las cuentas públicas.

Pero el masivo escándalo de corrupción en Brasil parece ser el principal punto en el menú del dramático juicio. “¿Qué moral tiene el Senado para someter a juicio a Dilma?”, lanzó la senadora Gleisi Hoffmann del PT al inicio de las sesiones el jueves.

Si Rousseff es destituida, se pondrá fin a más de 13 años de gobiernos del PT, golpeado por las revelaciones de masivos escándalos de corrupción, incluido el mega fraude a la estatal petrolera Petrobras.

De los 81 senadores que deciden el futuro político de la exguerrillera, más de la mitad tiene causas pendientes o es investigado por corrupción, incluido Hoffmann y Renan Calheiros, emblemático legislador del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

 

Policía acusa a Lula

La policía de Brasil acusó al expresidente Lula por corrupción y lavado de dinero, en el marco de una investigación relacionada con el millonario fraude a la Petrobras, que le costó a la estatal petrolera 2.000 millones de dólares. El informe debe ser analizado por la fiscalía en los próximos 90 días para decidir si presenta cargos ante la justicia.

Lula, de 70 años y presidente entre 2003 y 2010, está sometido a tres investigaciones en la llamada Operación Lava Jato (lavado de autos), en el que gigantescas empresas privadas sobornaron a ejecutivos de la petrolera y a políticos a cambio de suculentos contratos. La Policía Federal recomendó acusar a Lula en esta oportunidad por la presunta adquisición de un apartamento y una chacra de forma irregular con la colaboración de la empresa OAS, involucrada en esa trama de corrupción.

Según la policía, Lula y su esposa “fueron beneficiarios de ventajas ilícitas por parte de la constructora OAS, en valores que alcanzaron los 2,4 millones de reales”, unos 750.000 dólares al cambio actual. Lula siempre negó las acusaciones.

El apartamento habría sido comprado por la OAS y reformado para Lula. Las autoridades investigan además la mudanza de Lula después de dejar el poder.

 

Final cantado para Dilma

Los sondeos y analistas coinciden en que la tendencia es prácticamente irreversible en favor de la destitución de Dilma Rousseff, suspendida en mayo. La presidenta suspendida, elegida en 2010, está acusada de manipular datos para ocultar la verdadera situación de las cuentas públicas de su gobierno, y emitir por decreto líneas de crédito sin el aval del Congreso.

La mandataria insiste en que es “inocente” y denuncia ser víctima de un “golpe de estado” orquestado por Michel Temer, su exvicepresidente y ahora su enemigo visceral. Será precisamente Temer quien completará el mandato de Dilma hasta 2018, si la presidenta es finalmente destituida. Para ello, se requiere una mayoría especial de 54 votos (dos tercios).

Rousseff tomará la posta de la defensa el lunes, acompañada de Lula. Después vendrán las deliberaciones, que darán paso a la votación final.

En caso de ser sentenciada, Rousseff, que militó en una guerrilla durante la dictadura del 1964 al 1985, quedará inhabilitada para ocupar cargos públicos por ocho años.

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