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Trump derogará la reforma de salud por decreto

La reforma de salud aprobada por el presidente Barack Obama hace seis años será el primer objetivo del nuevo gobierno, aseguró hoy el vicepresidente electo, Mike Pence, quien adelantó que Donald Trump firmará una serie de decretos para desmantelar el sistema que da cobertura a millones de personas en su primer día en la Casa Blanca.

Un día después de que asuma el nuevo Congreso, de mayoría republicana en ambas cámaras, Pence se reunió en el Capitolio con parte de la bancada de su partido y le recordó que la prioridad debe ser “derogar y reemplazar” la ley de reforma de salud conocida popularmente en Estados Unidos como Obamacare.

Ese mismo día y en un gesto que desnudó el nivel de tensión que se vive en Washington por estos días, el presidente Obama se reunió en el Congreso con los legisladores del Partido Demócrata para pedirles que se mantengan “firmes” frente a los esfuerzos de los conservadores de acabar con la ley de salud, promulgada en 2010.

El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, explicó en conferencia de prensa que Obama se reunió con los legisladores para diseñar un estrategia que bloquee los intentos republicanos de poner fin a una ley que ha dado cobertura de salud a unos 20 millones de personas que antes no tenían acceso.

Según Earnest, Obama habló con los congresistas sobre las consecuencias “devastadoras” que tendría desmantelar la ley que, si bien no es perfecta -reconoció-, los republicanos nunca han mostrado “voluntad” para mejorarla, informó la agencia de noticias EFE.

El presidente no hizo declaraciones al salir de la reunión, pero sí lo hicieron los principales líderes demócratas, quienes, en conferencia de prensa, aseguraron que ni Trump ni los republicanos tienen un plan concreto para sustituir la Obamacare.

“Los republicanos se parecen a ese perro que tomó el colectivo y ahora no sabe que hacer”, señaló burlón el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, quien alertó que derogar la ley de salud “arrojará a todo el mercado de seguros médicos al caos”.

“El plan republicano de cortar el seguro médico no hará ‘grande a Estados Unidos otra vez’ (el slogan de campaña de Trump), hará enfermar a Estados Unidos y llevará al caos en lugar de a una asistencia asequible”, señaló Schumer, parafraseando el lema de campaña de Trump.

Por su parte, la líder de la minoría demócrata en la Cámara baja, Nancy Pelosi, subrayó que la atención médica “es un derecho, no un privilegio”, y contó que Obama les preguntó en la reunión si están “listos” para pelear en el Congreso.

Trump, que asumirá la presidencia el 20 de enero próximo, nombró como secretario de Salud a Tom Price, un médico y legislador republicano, que quiere reemplazar la actual ley de salud por su plan Fortaleciendo a los Pacientes Primero.

Dicho plan protege a las personas con mayores ingresos, que pueden elegir dentro de un amplio mercado de seguros, pero deja de lado a las personas de menores recursos, según denuncian los demócratas.

Además, a diferencia del Obamacare, que permite a las personas acceder a planes integrales, el plan que propone Price permite planes más baratos,. pero sólo porque excluye servicios médicos más caros como la atención por maternidad, las rehabilitaciones o la atención reproductiva.

Ayer, en la primera sesión del nuevo Congreso, los senadores republicanos dieron los primeros pasos para revocar la reforma de salud de Obama al presentar una proyecto de ley del Presupuesto en la que anticipan que “la Comisión de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado presentará cambios en las leyes (…) para reducir el déficit” en la próxima década.

Además, la nueva bancada oficialista presentó una iniciativa para permitir que la ley de salud pueda derogarse en esa cámara con sólo 50 votos a favor, sin pasar por la votación preliminar que requiere 60 apoyos para dar por terminado un debate y pasar a la votación final.

Sin embargo, revocar la reforma en su totalidad no será una tarea fácil.

Por un lado, por las repercusiones políticas y financieras que podría acarrear, y por el otro, porque además de facilitar la adquisición de seguros médicos a los contribuyentes, la reforma de salud de Obama otorga beneficios a las aseguradoras, que han dado el visto bueno a estas disposiciones.

Peso a esto, Pence ratificó hoy que la derogación de la reforma de Obama sigue siendo prioridad de Trump.

En ese sentido, el vicepresidente electo anticipó que el futuro presidente usará su capacidad de firmar decretos -algo no muy utilizado en Estados Unidos- para complementar los esfuerzos ya iniciados en el Congreso por los republicanos.

Mientras Obama y Pence se enfrentaban en una pulseada pública en el edificio del Congreso, en la red social Twitter Trump volvió a confrontar con los demócratas.

“Julian Assange dice que ‘un chico de 14 años podría hackear a (John) Podesta’ (el jefe de campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton) ¿Por qué el DNC (Comité Nacional Demócrata) fue tan descuidado?. ¡También dice que los rusos no le dieron la información!”, escribió hoy Trump, contradiciendo abiertamente a la Casa Blanca e, inclusive, a los informes de la CIA filtrados en las últimas semanas a la prensa.

En medio de la campaña presidencial estadounidense de este año, la organización Wikileaks, encabezada por Assange, publicó una serie de emails privados de miembros de la cúpula del Partido Demócrata y del equipo electoral de la candidata oficialista, Hillary Clinton, entre ellos, Podesta.

Estos emails, que fueron hackeados por personas aún no identificadas oficialmente, revelaron internas dentro de los demócratas -cómo el partido apoyó a Clinton y boicoteó las aspiraciones de su rival en las primarias, Bernie Sanders- e incoherencias y abiertas contradicciones entre el discurso de la candidata presidencial oficialista y sus acciones.

El escándalo de los emails le costó la cabeza a la entonces presidenta del Partido Demócrata, Debbie Wasserman Schultz, y dejaron mal parados a más de uno en la campaña de Clinton.

Por eso, recientemente, el gobierno de Obama acusó a Rusia de ser el autor intelectual y material del hackeo, decretó sanciones contra sus agencias de espionaje y sostuvo que el Kremlin trató de beneficiar a Trump, un abierto simpatizante del presidente ruso Vladimir Putin.

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