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El Parlamento aprobó que los cubanos puedan constituir empresas privadas

La Asamblea Nacional (parlamento) cubana sancionó este jueves los documentos económicos aprobados el año pasado por el congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) que por primera vez no solo reconocen el cuentapropismo sino la posibilidad de que los ciudadanos constituyan pequeñas y medianas empresas privadas en el marco del mantenimiento de una gestión estatal dominante que se concentrará en los sectores estratégicos del país.

“La forma dominante de gestión sigue siendo la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción”, aseguró a los diputados Marino Murillo, vicepresidente y considerado el responsable de las reformas económicas.
Hasta el momento se permitían los trabajadores autónomos, conocidos por el nombre de “cuentapropistas”, y también las pequeñas cooperativas, sobre todo agrícolas.

Esta medida parlamentaria respalda la decisión tomada por el PCC, en su VII Congreso celebrado en abril de 2016, y forma parte de las reformas económicas impulsadas por el presidente Raúl Castro.

En aquella ocasión el mandatario pidió dejar “los eufemismos” porque la autorización a los trabajadores autónomos de poder contratar “fuerza de trabajo” conllevó en la práctica la existencia de esas pequeñas empresas privadas pero que funcionaban sin la debida personalidad jurídica.

Tras aquella decisión del PCC se celebraron asambleas en las que participaron más de 1,6 millón de personas, según aseguraron las autoridades cubanas.

Después de un año de debate ese período se cerró hoy con la decisión tomada por la Asamblea.

Esta reforma “la haremos a la velocidad que nos permitan el consenso que forjemos al interior de nuestra sociedad, y la capacidad que demostremos de hacer bien las cosas, para evitar graves errores que puedan comprometer el cumplimiento exitoso de esta gigantesca y honrosa tarea”, dijo Castro ante el plenario del parlamento.

Una vez aprobada por la Asamblea, la siguiente fase es su regulación por ley, en momentos en que Castro está en la recta final de su mandato presidencial que termina en febrero de 2018.

Los documentos “Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista”, así como los “Lineamientos de la Política del Partido y la Revolución para el periodo 2016-2021”, son para el gobierno los que marcan el futuro social, económico y político del país.

“Los documentos aprobados son fundamentos programáticos, que reafirman el carácter socialista de la Revolución y el papel que desempeña el Partido como fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado”, dijo Castro, citado por la estatal Agencia Cubana de Noticias.

La medida aprobada es un paso más en las reformas económicas que impulsa Castro desde su llegada a la presidencia hace siete años.

Al principio de su mandato se ampliaron a 200 las categorías con licencias autorizadas para el trabajo por cuenta propia y también se permitió la creación de algunas cooperativas que no fuesen agropecuarias, como solo se podía hacer hasta entonces.

Según las autoridades cubanas, el año 2016 se cerró con 535.000 licencias de cuentapropistas, principalmente en sectores como los pequeños transportistas, los arrendadores de habitaciones particulares o los servicios gastronómicos.
Murillo ratificó hoy ante una comisión de legisladores que “en Cuba se mantiene la propiedad social sobre los medios de producción”.

Explicó como ejemplo que “la tierra se entrega en usufructo (a cooperativas o campesinos), pero no se vende, es propiedad de todo el pueblo representado por el Estado”.

Agregó no obstante que “se está reconociendo un modelo multisectorial en economía, reconociendo a la propiedad como propiedad y como gestión”.

Pero dejó claro que “no se permitirá la concentración de la propiedad y la riqueza” a los privados.

Sin embargo, después de décadas en las que todas las actividades económicas estaban en manos del Estado, el mayor protagonismo de un pequeño empresariado sería visto por Estados Unidos como el embrión del capitalismo que llevaría a las reformas políticas en la isla, comentó la agencia DPA.

“Como su amigo, Estados Unidos quiere ayudarlos”, dijo el entonces presidente Barack Obama cuando en marzo del año pasado se reunió en La Habana con un grupo de cuentapropistas cubanos durante su visita oficial a la isla.

Un mes después, durante el cónclave de los comunistas cubanos, Castro alertaba sobre los intereses estadounidenses.

“No somos ingenuos, ni ignoramos la influencia de poderosas fuerzas externas que apuestan a lo que llaman el empoderamiento de las fuerzas no estatales de gestión, con el fin de generar agentes de cambio en la esperanza de acabar con la Revolución y el socialismo en Cuba”, afirmó entonces Castro.

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