Demencia: signos y factores de riesgo de una enfermedad que afecta a más de 50 millones de personas
Las demencias, cuyos paradigmas son la enfermedad de Alzheimer y la Demencia Vascular, son enfermedades dependientes de la edad. En este sentido, el incremento de la expectativa de vida también determinó el crecimiento exponencial de estas patologías.
Las formas de la demencia son múltiples y diversas. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común: se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos.
“Es importante destacar que, si bien las demencias afectan a personas mayores, no constituyen una consecuencia normal del envejecimiento. Sin embargo, debemos controlar los factores de riesgo vascular como hipertensión arterial, diabetes, colesterol, obesidad y sedentarismo durante la edad media de la vida para prevenir el deterioro cognitivo en la vejez”, explica el Dr. Manuel Molina Pico, Director Médico de vittal.
Según la Organización Mundial de la Salud, en el todo mundo hay más de 50 millones de personas que padecen algún tipo de demencia. Estos cuadros son causados por diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria, caracterizándose por producir déficit en más de un dominio cognitivo, incluyendo el deterioro de la memoria, la comprensión, la orientación, el intelecto, el comportamiento y la capacidad de realizar actividades de la vida diaria. La sintomatología de las demencias constituye una de las principales causas de discapacidad y dependencia, generando un impacto físico, psicológico, social y económico no sólo en las personas que las padecen sino también en sus familias.
“Las demencias impactan en cada persona de manera diferente, pero la tendencia al olvido, la pérdida de la noción del tiempo, la desubicación espacial incluso en lugares conocidos, y el no poder encontrar las palabras para expresarse son algunos de los signos tempranos de alerta”, advierte el Dr. Molina Pico, de vittal. Luego, a medida que la enfermedad va evolucionando, aparecen síntomas más evidentes: olvido de acontecimientos recientes y nombres de personas cercanas, dificultad para comunicarse, cambios en el comportamiento y reiteración de comentarios y preguntas, para llegar a etapas donde la alteración de la memoria es grave y permanente.
Hoy no hay ningún tratamiento que pueda curar la demencia o revertir su evolución progresiva pero el monitoreo sigue siendo fundamental.
Existen numerosas intervenciones que se pueden ofrecer para apoyar y mejorar la vida de las personas con demencia y sus cuidadores y familias. A continuación, el Dr. Molina Pico puntualiza los objetivos principales de los servicios de atención relacionados con la demencia:
- diagnosticarla precozmente para posibilitar un tratamiento precoz y óptimo;
- optimizar la salud física, la cognición, la actividad y el bienestar;
- identificar y tratar enfermedades físicas concomitantes;
- detectar y tratar los síntomas conductuales y psicológicos problemáticos;
- proporcionar información y apoyo a largo plazo a los cuidadores.
El diagnóstico médico incluye un minucioso interrogatorio del paciente y de alguien de su entorno, un adecuado examen clínico neurológico, una evaluación de las funciones cognitivas y el tipo de deterioro, una rutina de laboratorio y estudios de imágenes.