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Juntos por el Cambio endurece su postura y se aleja la posibilidad de modificar la fecha de las PASO

Las frases que pronunció el ministro de Salud, Ginés González García, cayeron muy mal en Juntos por el Cambio. Fueron dos y estuvieron disociadas una de la otra. “Si todo va bien, en agosto o septiembre tendremos vacunados a todos los argentinos”, explicó el ministro, aclarando que serían todos los mayores de 18 años. La noticia era buena en el plano sanitario, pero después sobrevino una opinión con esquirlas políticas.

En referencia a la realización de las PASO, una discusión que comenzó en diciembre y en la que está inmerso todo el arco político, el funcionario sostuvo: “No están dadas las condiciones para votar en agosto”. La lectura en la oposición fue inmediata. Hubo una contradicción en su expresión. Y detrás se esas palabras se esconde la voluntad real del Gobierno: postergar las elecciones primarias todo lo que se pueda.

El viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, se sumó a la postura de González García. “Desde lo epidemiológico preferiría que no fueran en agosto”, indicó. De todas formas, dejó en claro que no apoya una posible suspensión de las primarias. “Posponer las elecciones para más adelante puede ser una opción; suspender, de ninguna manera”, afirmó.

Los dos ministros de Salud dejaron en claro que en el invierno el sistema sanitario puede volver a tensarse debido a un posible aumento de casos de coronavirus. Dependerá, en gran medida, de la cantidad de vacunados. Ambos creen que lo mejor sería postergar las PASO para septiembre, cuando llega la primavera. “Cualquier actividad que signifique movilización masiva de gente, es un riesgo”, explicó González García.

¿Si la mayoría de la gente va a estar vacunada para agosto, por qué no se puede llevar adelante la elección en la fecha estipulada? La pregunta se convirtió en una nueva bandera política de la oposición, que ahora cree que el Gobierno está jugando sus cartas y que solo le interesa salir beneficiado en las urnas. “No quieren que se vote. Están buscando cualquier pretexto para pasar las elecciones”, exclamó un dirigente del PRO metido en la discusión.

El Gobierno quiere que las elecciones sean lo más lejos posible, por eso se abrazó a la idea de la postergación como el camino más viable para encontrar un consenso político con los diferentes sectores de la oposición. Creen que podrán mostrar una recuperación económica más clara y con reflejos en la actividad comercial, y que el plan de vacunación estará muy avanzado. En definitiva, les permitirá mostrar buenas noticias antes de que los argentinos acudan a las urnas.

Desde un principio en Juntos por el Cambio consideraron que no era una opción suspender las PASO, como habían pedido la mayoría de los gobernadores del país a principio de diciembre. Cambiar las reglas de juego el mismo año en que se llevan adelante las elecciones no es una posibilidad, repiten con frecuencia en la coalición.

La postura se flexibilizó luego de que el presidente Alberto Fernández, junto a los principales dirigentes del Frente de Todos, evaluará tres posibilidades para modificar el cronograma electoral. El peronismo puso sobre la mesa un formato similar al de la Ley de Lemas, en el que se votarían las PASO y las elecciones generales el mismo día; también evaluó la suspensión de las PASO y, como tercera opción, la postergación de las dos elecciones por un mes: las primarias y las generales.

Un puñado de días después en Juntos por el Cambio dejaron entrever la posibilidad de acercar posiciones con el oficialismo y discutir la postergación de las PASO. Era la única opción que avalaban como posible. Las otras dos fueron rechazadas de plano. Al Gobierno le cerraba la misma idea y, además, tanto el Presidente como los principales ministros, habían aclarado que la medida que se tomara tenía que ser a través de un consenso con la oposición.

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