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Lula fue acusado de ser el “comandante” del “mayor esquema de corrupción” de Brasil

La fiscalía Brasil acusó el miércoles al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva de ser el “comandante máximo” de la red de corrupción en Petrobras, una denuncia que cayó como una bomba en un país sacudido por las crisis políticas.

El jefe de los fiscales que investiga el caso, Deltan Dallagnol, afirmó en una rueda de prensa en Paraná que el exmandatario estaba en la cima del esquema que desvió miles de millones de dólares de la petrolera estatal, revelado por la Operación Lava Jato (lavadero de autos). “Sin el poder de decisión de Lula, ese esquema sería imposible”, afirmó al calificar al caso también conocido como “Petrolao” como “el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil”.

Ahora el juez Sergio Moro, devenido en símbolo de la lucha contra la corrupción, deberá decidir si acepta la denuncia contra el exdirigente sindical, de 70 años, que encarnó la irrupción de la izquierda latinoamericana a inicios de la década pasada.

Según Dallagnol, en esta causa, una de las múltiples del expediente que ya se tradujo en más de un centenar de sentencias, Lula recibió unos 3,7 millones de reales (1,1 millones de dólares al cambio actual) “en sobornos pagados disimuladamente”. Además, afirmó que se había constatado que la constructora OAS, una de las principales involucradas en la trama político-empresarial de sobornos en Petrobras, transfirió recursos al expresidente mediante la reforma de un apartamento tríplex y de un contrato falso de almacenamiento de bienes personales.

La esposa del exmandatario, Marisa Leticia Lula da Silva, también fue denunciada, en particular como presunta copropietaria del tríplex.

El fiscal que conduce el equipo de investigadores llamó al esquema de desvío de fondos hacia la política una “sobornocracia” diseñada para “perpetuarse criminalmente en el poder, enriquecerse ilícitamente y corromper la gobernabilidad” del país.

 

Una denuncia “farsesca”

En Sao Paulo, el abogado de Lula calificó esas denuncias de “farsescas” y dijo que la Fiscalía “se perdió en un deplorable espectáculo de verborragia” para encubrir el hecho de que no existía “ninguna prueba” contra Lula ni contra su esposa.

El expresidente y fundador del Partido de los Trabajadores (PT) enfrenta otra acusación, por presunto intento de obstrucción de las investigaciones de la Operación Lava Jato.

En su presentación, Dallagnol citó un estudio de la Policía Federal que indicó que el “perjuicio total” ocasionado por el fraude podría ascender hasta 42.000 millones de reales (unos 12.700 millones de dólares). Consultado acerca de si solicitaría la detención del exmandatario, respondió que no se manifestaría sobre eventuales medidas cautelares.

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