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La victoria electoral del partido conservador en Holanda alivia a Europa

Mark Rutte ganó los comicios y relegó al segundo lugar a la agrupación ultraderechista del líder Geert Wilders, aunque deberá forjar alguna alianza con otras formaciones para formar gobierno, según un sondeo de boca de urna divulgado por medios estatales.

El partido conservador del primer ministro Mark Rutte ganó hoy los comicios en Holanda y relegó al segundo lugar a la agrupación ultraderechista del líder Geert Wilders, aunque deberá forjar alguna alianza con otras formaciones para formar gobierno, según un sondeo de boca de urna divulgado por medios estatales.

El triunfo de Rutte constituye una gran noticia para la Unión Europea (UE), que seguía con gran preocupación los comicios ante la posibilidad de una victoria de Wilders, que propone que Holanda abandone el bloque comunitario y su moneda común, el euro.

Luego del sísmico referéndum que aprobó el Brexit en el Reino Unido y de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, el año pasado, las elecciones en Holanda estaban consideradas un termómetro de la fuerza del populismo en el continente antes de los cruciales comicios de este año en Francia y Alemania.

Con tanto en juego y con Europa expectante, millones de holandeses inundaron los centros de votación habilitados, llevando la participación a niveles casi récord en el país, uno de los fundadores de la UE.

“¡Qué noche! Pedimos que los pararan. Parenlos. Paramos el populismo erróneo”, celebró Rutte frente a sus simpatizantes, según la agencia de noticias EFE.

“Esta es una noche importante para toda Europa, después del Brexit y las elecciones en Estados Unidos, Holanda le dijo no al populismo”, concluyó.

Fuera del país, en tanto, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, también celebró su victoria y la calificó como un triunfo para Europa.

“Es una buena señal que un candidato ultraderechista como Geert Wilders no haya ganado”, dijo Gabriel al margen de un acto electoral en el norte de Alemania, informó la agencia de noticias DPA.

Por su parte, Peter Altmaier, el jefe de gabinete de la canciller alemana, Angela Merkel, felicitó eufóricamente a los holandeses tras conocerse los primeros pronósticos electorales.

“¡Holanda, oh, Holanda, eres una campeona!”, señaló. “¡Una afectuosa felicitación por este fantástico resultado!”, manifestó Altmaier en Twitter.

Pese a todo, Wilders, en una combativa primera reacción, advirtió: “Rutte no se ha librado en absoluto de mí todavía”, según escribió en su cuenta de Twitter. Al mismo tiempo, Wilders agradeció a sus votantes. “¡Hemos ganado más asientos! ¡La primera victoria ha sido lograda!”, señaló.

El Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), de Rutte, obtendría 31 de los 150 escaños del Parlamento, 10 menos que en las últimas elecciones de 2012, de acuerdo con el sondeo, elaborado por la consultora Ipsos para la cadena de noticias pública holandesa NOS y la radio estatal RTL.

El euroescéptico Partido por la Libertad (PVV), del islamófobo Wilders, conseguiría 19 escaños, cuatro más que en 2012 pero menos que los 26 que logró en 2010, cuando se presentó por primera vez en elecciones generales.

También con una proyección de 19 asientos, la agrupación liberal de centro derecha Demócratas 66 y el partido de derecha Llamada Democristiana (CDA) compartieron el segundo lugar con el PVV, obteniendo, respectivamente, siete y seis escaños más que en los comicios de septiembre de 2012.

El partido de mejor desempeño relativo fue el de los verdes de GroenLinks (Izquierda verde), la coalición izquierdista del líder Jesse Klaver, la revelación de la campaña, que obtendría 16 bancas, 12 más que en 2012.

Los laboristas del PvdA, de centro izquierda, que gobernaron la última legislatura en coalición con el VVD de Rutte, obtendrían apenas nueve escaños en uno de sus peores resultados en décadas, perdiendo 29 bancas respecto de las 38 que ganaron en 2012.

El Parlamento holandés tiene 150 diputados y, para gobernar, se requiere un mínimo de 76 escaños.

El sistema de representación proporcional de Holanda y la gran fragmentación de la política nacional hacen casi inevitable la necesidad de forjar alianzas para poder formar gobierno, ya que es poco habitual que el ganador de los comicios obtenga los votos suficientes para gobernar solo.

Se espera que el VVD de Rutte, por haber sido el más votado, reciba encargo del rey Guillermo Alejandro para intentar formar gobierno primero, es decir para internar armar una coalición con la que se asegure una mayoría parlamentaria.

Esa alianza podría incluir otra vez a los laboristas, así como a CDA y a Demócratas 66, con lo que sumaría 78 bancas, dos más que la mayoría necesaria. Sin embargo, la coalición de cuatro partidos sería mucho más inestable que la de la legislatura pasada, que sólo incluía al VVD y al PvdA, según analistas.

Los comicios eran seguidos con gran atención en toda Europa sobre todo por la posibilidad de un triunfo de Wilders, que hubiera dado gran impulso a las fuerzas populistas y de ultraderecha en el continente, en especial en Francia y Alemania, donde se celebran elecciones el mes próximo y en septiembre, respectivamente.

Wilders, cuya principal propuesta es la “desislamización” de Holanda, había prometido cerrar las fronteras a los inmigrantes musulmanes, clausurar mezquitas, prohibir las ventas del Corán, el libro sagrado islámico, y abandonar la UE y el euro si su partido resultaba el más votado.

Poseedor de gran carisma, el político, de 53 años y conocido por su pelo rubio platinado peinado hacia atrás, creció en popularidad gracias a su oposición a los ajustes aplicados por Rutte por dictado de la UE y al recelo a los musulmanes entre muchos holandeses.

Su crecimiento en las encuestas atrajo la atención de holandeses y del mundo entero y eso se vio reflejado hoy en las largas colas que se formaron en los centros de votación desde las primeras horas de la mañana, en un agradable día de primavera.

La participación llegó al 81%, apenas por debajo del récord del 88%, en los comicios de 1977.

El Consejo Electoral puso a disposición de los ciudadanos unos 10.000 centros de votación, algunos en colegios pero otros en estaciones de tren, museos, edificios emblemáticos o incluso cafeterías.

Además, el miedo a una posible injerencia en el resultado de los comicios por parte de informáticos rusos ha propiciado que el gobierno holandés evite las computadoras conectadas a Internet y lleve a cabo un recuento manual de los votos, algo que no sucedía en más de una década.

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