Boca derrotó a Libertad con goles de Wanchope Ábila y Mauro Zárate
En la ida de octavos de final, el Xeneize necesitó de 6 minutos para ponerse en ventaja como local gracias a un gran zurdazo del ex Huracán. A los 43 amplió la diferencia el ex ídolo de Vélez.
La expectativa que generó el plantel que conformó Boca para soñar con el deseo de la séptima Copa Libertadores llegó a su fin cuando el conjunto que lidera Guillermo Barros Schelotto salió a la cancha para enfrentar a Libertad de Paraguay en el primer duelo de los octavos de final del certamen continental.
Con la presencia de Esteban Andrada en el arco y Mauro Zárate en el ataque, el Xeneize salió a presionar al combinado guaraní desde los primeros movimientos. La ansiedad de la hinchada, la lluvia y el frío representaron un condimento extra en el emotivo duelo protagonizado en el Alberto J Armando.
Cuando la preocupación comenzaba a reinar en el cuerpo técnico por un molestia muscular de Wilmar Barrios, Wanchope Ábila capturó una pelota sucia dentro del área y fusiló a Rodrigo Muñoz. El grito de euforia que dejó el 1 a 0 no dio lugar a los reclamos de los defensores por una presunta mano de Paolo Goltz en la jugada previa, y el estado físico del colombiano pasó rápidamente al olvido. En ese contexto, el Mellizo se mostraba conforme por la prematura conquista.
Antes de llegar a la media hora un remate de larga distancia de Edwin Cardona complicó al arquero. A pesar de la debilidad del disparo, el uruguayo dudó y le dejó el rebote al ex goleador de Huracán. De no ser por el sacrificio de Paulo César Da Silva, el delantero hubiera estirado la diferencia.
Unos instantes previos al descanso, el ex Vélez impuso el brillo de su figura con una obra maestra. La construcción de la pared con Wanchope Ábila, las gambetas cortas y la exquisita definición conformaron la gesta del golazo con el que Mauro Zárate dejó su carta de presentación en la Bombonera. El candidato al título comenzaba a cerrar la serie en su casa.
En el complemento Ábila volvió a tener otra oportunidad para transformar la victoria en goleada. Otro envío de Cardona en una pelota parada encontró a Wanhope sin marcas en el borde del área chica, pero la desviada resolución del atacante concluyó la acción por arriba del travesaño. Fue otra clara muestra de la superioridad del Xeneize ante un rival que nunca estuvo a la altura.
A través de su buena pegada, Cardona se convirtió en uno de los más destacados en la noche porteña. El virtuoso volante cafetero se adueñó de todos los balones detenidos y exigió a Muñoz para amenazar con la llegada de otra conquista. Además se encargó de abastecer a Mauro Zárate con sus asistencias riquelmeanas, pero el flamante refuerzo no pudo concluir las situaciones de la manera que deseaba.
Otro recurso para llegar al tercero fue la individualidad de Pablo Pérez, quien improvisó una magnífica maniobra para sacarse a dos hombres de encima y habilitar a Cristian Pavón. En el mano a mano el cordobés tuvo innumerables opciones para festejar, pero eligió la incorrecta y Muñoz evitó una nueva caída paraguaya.
El único aspecto negativo de Boca fue la falta de contundencia. Tal vez por la falta de ritmo, los protagonistas no lograron concretar las constantes ocasiones que generaron en el inundado campo porteño. De todos modos, la diferencia entre los intérpretes y la valla invicta deja al Xeneize como principal candidato a quedarse con la serie en Paraguay. El cruce más complejo probablemente llegue en los cuartos de final cuando tenga que enfrentar a Cruzeiro o Flamengo.