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Javier Milei presentó su libro como un Rockstar

Al Presidente el evento le salió redondo. Se aseguró móviles en vivo desde Plaza Roma, donde se repartían entradas, el prime time de la televisión vespertina y la viralización en redes, que también levantó la televisión. El “Milei emocional” sigue siendo efectivo.

Javier Milei apareció desde los fondos del Luna Park. Como siempre: desde el fondo, por sorpresa y de repente. Las gradas laterales estaban a tope, el campo no desbordó pero casi. Entre la gente había un chico que hizo la fila para conseguir una entrada: se ubicó primero a las 10.30 de la mañana. El Presidente cruzó entre la gente como una flecha. Sumergido en un mosh, fue la cuerda que movió la marea. Lo rodeaba la custodia y los celulares. Sonaba Panic Show, la versión original, la de La Renga. Después de abrir el mar en dos, como Moisés, Milei se trepó al escenario vestido con su campera larga de cuero, la camisa celeste fuera del pantalón de vestir. Cantó Panic Show, tema insignia, con la corbata puesta.

La Banda Liberal había calentado la pista. Bertie Benegas Lynch, el diputado, el hijo de El Prócer, en la batería. En bajo, el coautor de la biografía del Jefe de Estado, Marcelo Duclos. Una cantante había hecho un cover de Panic Show y otra de El revelde, también de La Renga. El micrófono de pie esperaba al líder. Abajo, Zulemita y Yuyito GonzálezSandra Petovello y Daniel ScioliPatricia Bullrich y Luis Caputo; Lilia Lemoine emocionada y la cabellera rubia de El Jefe. No faltó nadie: nadie le falla al Presidente. Milei fue y vino por el frente del escenario. Arengaba con los ojos cerrados, se golpeaba el pecho como un gorila. “Organicé todo esto porque en realidad quería cantar”, avisó Milei.

Javier Milei, 53 años, Jefe de Estado. Fue un niño sometido a los humores de su padre, Norberto, un colectivo devenido empresario de transporte que le recordó, a fuerza de golpe o de palabra, que no iba a llegar a ningún lado. Fue arquero en la inferiores de Chacarita, se acostumbró a que su apellido se entonará entre insultos, supo qué es ser “un solo” a pesar de formar parte de un equipo. Fue cantante en una banda de covers que se llamó Everest, fue el que hacía striptease frente a sus fans cuando interpretaba Satisfaction, de los Rolling Stones. Fue estudiante de Economía y profesor en la Universidad de Buenos Aires. Fue un panelista encendido de televisión. Todo eso que fue Milei, fue anoche en el Luna Park.

La excusa fue la presentación de su último libro, Capitalismo, Socialismo y la Trampa Neoclásica. “Gracias kirchneristas, por el boicot nos regalaron esta fiesta”: fue la frase que le dedicó a la Fundación El Libro, organizadora de la Feria del Libro, con quien no terminó de negociar los términos del lanzamiento. Una dato: la transmisión oficial no emitió el show del Presidente, es decir, su aparición entre el público y su interpretación de Panic Show; recién arrancó cuando el Presidente estaba detrás del atril, en plan profe. Los canales de noticias se colgaron de los streams libertarios –los streamers, felices; más views en Youtube–. Para los espectadores de tevé hubo dos Milei. El que filmaron los celulares de sus adherentes, el más o menos prolijo parado bajo una luz blanca que habló de economía. 

A Milei el evento le salió redondo. Se aseguró móviles en vivo desde Plaza Roma, donde se repartían entradas. Se aseguró el prime time de la televisión vespertina. Se aseguró la viralización en las redes sociales de ciertos recortes (que también levantó la televisión). Se aseguró ser el tema del día, una territorio que conoce porque cómo bien sugiere Nicolás Márquez en la biografía autorizada que escribió, de qué sirve ocupar una banca en Diputados durante dos años y asumir la Presidencia sin haber presentado un solo proyecto si la discusión virtual la tenía ganada. Pero: ¿qué querían ver quienes estaban en el Luna? Por cómo el público se escabulló del estadio mientras el Presidente hablaba de modelos, parches, capital, zurdos, Estado, crecimiento económico, los que chuparon frío afuera quisieron ver al rockstar.

Anoche importaron más los enemigos, el Milei emocional sigue siendo efectivo. Los “aborteros”. Los “rojitos”. (Pedro) “Sánchez, compadre, la concha de tu madre”. “Cristina se va presa”. Las humoradas con connotación sexual también fueron celebradas: el Presidente dijo que “la matemática de la teoría del valor” la disfrutó más “que su primera Playboy”. Un rato después, como para coronar una noche que quedará en la historia, Javier Milei será la cara de la revista Time con este título: El radical. La tapa está ilustrada con un primer plano de su rostro. Es notable la insistencia con el retoque digital. Un vistazo basta para advertir que entre el Milei de la revista y el Milei del escenario hay cinco meses de gestión presidencial. 

Cinco meses de gestión y este es el escenario de la Argentina: séptimo mes consecutivo de contracción económica; el rubro de la construcción es el más afectado –cayó un 30%–, seguido por la industria –abajo un 20%–; abajo, también, el consumo de leche –20%–; la actividad productiva retrocedió a la época de la pandemia y según los especialistas “es peor que la de 2001”; para los trabajadores registrados: despidos, suspensiones y recortes; para los informales, más informalidad. Anoche vimos a un hombre cumpliendo un sueño, panic show a plena luz del día.

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