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El atacante de Múnich era un “desequilibrado” obsesionado con los asesinatos en masa

La policía alemana afirmó el sábado que la matanza del viernes que dejó nueve muertos en Munich fue obra de un “desequilibrado” sin vínculos con el yihadismo y fascinado por los asesinos en masa como el noruego Anders Behring Breivik.

Según los últimos elementos de la investigación, el joven de 18 años de doble nacionalidad alemana e iraní planeó el ataque y tendió una trampa a la mayoría de sus víctimas incitándolas a acudir a un restaurante McDonalds de la ciudad a través de Facebook.

El autor de la matanza, que dejó nueve muertos y 16 heridos, habría sido además víctima en el pasado de “acoso” por parte de otros “jóvenes de su edad”, indicó el ministro del Interior, Thomas de Maizière. “Partimos del principio de que se trata de un acto clásico de un desequilibrado” sin ningún tipo de motivación política, dijo a la prensa un representante de la fiscalía.

Por su parte, el jefe de la policía de Munich, Hubertus Andrä, descartó cualquier “vínculo con el (grupo yihadista) Estado Islámico”.

El atacante, identificado como David Ali Sonboly, nació en Munich de padres que llegaron a Alemania a finales de los años 1990 como solicitantes de asilo, y acudía a un centro educativo de la ciudad. El viernes por la tarde, disparó contra un grupo de personas en un centro comercial y en sus alrededores. A continuación, se suicidó después que la policía lo hiriera.

En su mochila, los investigadores hallaron unas 300 municiones, por lo que se sospecha que su intención era matar a un mayor número de personas. Los agentes deben determinar ahora como pudo hacerse con su arma, una pistola Glock de 9 milímetros, que adquirió aparentemente de manera ilegal ya que el número de serie estaba borrado.

Los investigadores ya han establecido, sobre todo, un “vínculo evidente” con el asesino supremacista blanco Anders Behring Breivik. El viernes se cumplían cinco años de la masacre de 77 personas cometida por el ultraderechista noruego en la isla de Utøya, durante una concentración de jóvenes laboristas. En la habitación de Sonboly se hallaron además documentos de esta masacre y de otras similares, así como un libro sobre matanzas perpetradas por estudiantes.

 

“Una noche de terror”

Nacido en el seno de una familia de origen chiíta, se convirtió al cristianismo, de ahí el nombre de David, según el ministro alemán del Interior.

Actuó solo y planeó su acto. Según De Maizière, el autor tendió probablemente una trampa a sus víctimas, tras haber “pirateado” la cuenta Facebook de una joven, y a las que prometía descuentos en un restaurante de comida rápida del centro comercial. La mayoría de las víctimas son muy jóvenes, adolescentes y jóvenes adultos. Entre ellas figuran tres kosovares, tres turcos y un griego.

El joven atacante residía con sus padres en una vivienda de protección oficial con numerosos extranjeros o alemanes de origen extranjero.

Según las autoridades, padecía de hecho problemas psiquiátricos y estaba “en tratamiento”.

“La gente de Munich pasó una noche de horror”, declaró la canciller Angela Merkel, en su primera declaración tras el tiroteo. “Una noche como ésta fue difícil de aguantar para todos”, agregó. La matanza se produjo cuatro días después de un ataque con hacha en un tren regional de Baviera, cometido por un solicitante de asilo afgano de 17 años, que reivindicó su pertenencia al Estado Islámico.

 

Fuente: Noticias Argentinas

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