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Clinton a la espera de una victoria final en las primarias demócratas

La demócrata Hillary Clinton esperaba el lunes su triunfo en la larga contienda primaria hacia la Casa Blanca, pero su adversario interno Bernie Sanders confiaba en aguar la fiesta con una última victoria en California.

La exprimera dama, de 68 años, deberá obtener el martes el número suficiente de delegados en las primarias que se desarrollarán en seis estados, incluidos Nueva Jersey y California, para convertirse en la primera mujer investida para la elección presidencial por uno de los dos grandes partidos estadounidenses. En la vereda de enfrente la espera desde hace un mes su adversario republicano: Donald Trump.

Impulsada con victorias en los territorios de Islas Vírgenes y Puerto Rico del fin de semana, Clinton necesita tan sólo entre 19 y 29 delegados para llegar a la meta de 2.383 necesaria que le garantizarían la investidura partidista. Por su parte, Sanders marcha 800 delegados detrás.

Pero la exsecretaria de Estado expresó a periodistas en Compton, cerca de Los Angeles, que la carrera “no se acaba hasta que se acaba”.

En su segunda apuesta por la Casa Blanca, después de perder en 2008 ante el joven senador Barack Obama, Clinton no deja de reafirmar el carácter histórico de su candidatura. “Mis seguidores son apasionados”, dijo el lunes, principalmente porque “creen que tener una mujer de presidente enviará un mensaje fuerte, un mensaje histórico sobre el tipo de país que somos y en lo que creemos”. “Es muy emotivo”, añadió.

 

“El mejor candidato” contra Trump

Bernie Sanders

Más tarde, ante seguidores en un mitin en español e inglés en el poblado preeminentemente latino de Lynwood, Clinton dijo que “estaría profundamente honrada y sobrecogida” si el martes se torna en el “día de Hillary”.

Pero Sanders mantiene esperanzas frente a este triunfo anunciado y afirma que busca cambiar las lealtades de los superdelegados, figuras ilustres del partido Demócrata que son libres de decidir su voto durante la convención de investidura, en julio en Filadelfia. Más de 500 de los 700 superdelegados respaldan a Clinton.

Sanders sigue criticando duramente a su rival y haciendo campaña en California, donde las encuestas anuncian una elección cerrada. Un primer lugar en ese estado, que reparte el mayor número de delegados de la contienda interna, podría justificar su permanencia hasta la última primaria, la semana próxima en Washington, o incluso hasta la convención. “Nuestra meta es obtener la mayor cantidad de delegados que podamos, para convencer a los superdelegados que (…) yo soy el mejor candidato” para vencer a Trump, dijo Sanders durante una rueda de prensa en Emeryville.

 

“Las apuestas son muy altas”

Pase lo que pase en California, Clinton espera declarar su victoria el martes, probablemente a partir del cierre de las urnas en Nueva Jersey, en la costa este, donde le bastaría un cuarto de los votos.

La aspirante pronunciará un discurso la noche del martes en su feudo de Nueva York, donde fue senadora. “Mañana se cumplirán exactamente ocho años desde que me retiré y me uní al entonces senador Obama. Pienso que fue una buena decisión”, dijo el lunes, señalando que se acercará al bando de Sanders.

“Espero que me acompañe en eso. Debemos estar unidos camino a la convención para atacar a Donald Trump y repudiar su tipo de campaña”, dijo y añadió: “Las apuestas son muy altas”.

Pero el partido Demócrata está lejos de lucir una imagen unificada: Sanders multiplica sus desafíos exhortando a sus simpatizantes a no desmovilizarse.

Sin embargo, el bando Clinton cuenta con una fuerza unificadora excepcional, el magnate Donald Trump. La exprimera dama ha afilado sus ataques, usando un discurso sobre política exterior la semana pasada, para tildar al empresario de ser inepto para liderar la principal potencia mundial.

Trump, que provocó una nueva tormenta política, incluso al interno del partido Republicano, al fustigar a un juez federal por sus orígenes mexicanos, respondió a los ataques el domingo. “Hillary Clinton no es apta para ser presidenta. Toma malas decisiones, tiene pobre capacidad de liderazgo y un historial destructivo. Cambio”, escribió en Twitter.

 

Fuente: Noticias Argentinas

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