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“La memoria no se mancha”, a 40 años de la creación de “Abuelas de Plaza de Mayo”

Este año, las Abuelas de Plaza de Mayo  cumplieron 40 años en la búsqueda colectiva de hijos desaparecidas y de nietos robados por el terrorismo de Estado. A través del mensuario correspondiente a marzo de este año, la institución reivindicó la lucha que llevan adelante y ven con preocupación algunos guiños del Gobierno Nacional a la negación de las víctimas del terrorismo de estado.

“En este largo camino, uno de los pilares de nuestra lucha fue la persecución de Memoria, Verdad y Justicia, como única forma de que los aberrantes crímenes cometidos por la dictadura cívico-militar no se repitan nunca más.

Durante cuatro décadas de historia, debimos atravesar distintos momentos políticos. En los inicios, con la dictadura todavía en pleno gobierno del terror, fuimos llamadas las “locas de la Plaza” y nuestro reclamo apenas era escuchado: solo era tomado por algunas voces en el exterior.

Luego, llegó la esperanza de la mano del retorno de la democracia y el juicio a las Juntas, pero se vio rápidamente truncada con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y el consecuente freno al avance de la justicia en las causas por crímenes de lesa humanidad. Afortunadamente, el  delito de apropiación quedó por fuera de estas leyes de impunidad que se vieron reforzadas por los indultos del gobierno menemista.

Los genocidas andaban sueltos por las calles, por los medios de comunicación. Las Abuelas, junto a otros organismos de derechos humanos, intentamos por diversos métodos contrarrestar el discurso dominante que justificaba la apropiación, que negaba la existencia de un plan sistemático de exterminio, que avalaba la Teoría de los dos demonios. Poco a poco, nuestras ideas fueron encontrando lugar en algunos sectores de la sociedad y de la dirigencia política.

Con la llegada de los gobiernos kirchneristas, estos conceptos que pregonábamos se vieron plasmados en recursos materiales y discursivos, en diversos programas estatales que apoyaron como nunca antes nuestra lucha.

Bajo la premisa de que los hijos de los nietos que buscamos —nuestros bisnietos— también pueden sembrar la duda en sus padres, y con el compromiso de mantener viva la memoria en las futuras generaciones, las Abuelas trabajamos con programas del Ministerio de Educación de la Nación para consolidar el derecho a la identidad.

Hoy, con preocupación, vemos que hay funcionarios del gobierno nacional que intentan revivir la teoría de los dos demonios, para agitar el negacionismo y ningunear a los 30 mil detenidos desaparecidos. La justicia comienza a acompañar los vientos de cambio con concesiones a apropiadores, como en el caso de los arrestos domiciliarios, la dilación de los juicios o la negativa a avanzar sobre la responsabilidad civil con la dictadura.

Nos preocupan también los gestos que el Gobierno realiza una y otra vez, para desandar el camino de Memoria, Verdad y Justicia que los organismos hemos recorrido: el intento de mover el feriado del 24 de marzo fue una ofensa para todos los argentinos que repudiamos el golpe genocida de 1976 y apoyamos la continuidad de la lucha por más Memoria, Verdad y Justicia. Los funcionarios cuestionando el número de detenidos-desaparecidos, o intentando hacer creer a la opinión pública que defendemos a César Milani, cuando celebramos una y otra vez cualquier detención de un genocida. Hemos trabajado y luchado en cada etapa de nuestra historia para lograr justicia por el conjunto de los 30.000 detenidos-desaparecidos.

La justicia argentina e internacional han demostrado que en nuestro país existió un plan sistemático de apropiación de menores; que hubo más de 600 Centros Clandestinos de Detención; que hubo un Estado terrorista que cometió crímenes de lesa humanidad; que en Argentina hubo un genocidio.

Si la educación ignora el pasado reciente, si la Memoria desaparece, estos crímenes contra la humanidad se pueden repetir. Por eso, vamos a seguir luchando por más Memoria, Verdad y Justicia, para saber dónde están los cuerpos de los miles de desaparecidos y asesinados, por saber dónde están los nietos que falta encontrar, y para que sean juzgados y condenados absolutamente todos los culpables.

Ese fue, es y será nuestro camino”.

 

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