Salud

Prevención y tratamiento de quemaduras domésticas

Las quemaduras dentro del hogar suelen ser las más frecuentes por el tiempo que se transcurre en él. Y por eso los más afectados son niños y ancianos.  La incidencia de menores menos supervisados a cuidados de hermanos o familiares, madres atareadas con varias cosas al mismo tiempo, o construcciones precarias con instalaciones en mal estado suelen ser las causas más frecuente de lesiones térmicas en la infancia.

La gente mayor que ha dejado la actividad laboral, también tiende a permanecer más en casa, y a veces con algún déficit motor o cognitivo, también es propensa a sufrir traumatismos y quemaduras.

Por eso podemos concluir que la vivienda y su entorno deben ser considerados áreas de riesgo donde se deben ejercer y difundir pautas de prevención.

Prevención

Si nos preguntamos qué hacer con las quemaduras, la primera premisa es que “…El mejor tratamiento de quemadura es evitarla”.

Para ello debemos estar siempre atentos al agua o a los líquidos  a temperaturas elevadas para cocción de alimentos, produciendo las llamadas “escaldaduras” cuando entran en contacto con la piel. También es importarte poner cuidado si nos acercamos al fuego que puede haber en las hornallas o velas que pueden hacer entrar en ignición a la ropa u objetos cercanos. En este punto aconsejamos no almacenar inflamables, pinturas o pulverizar aerosoles cerca de la llama del piloto del calefón.

Asimismo prestar atención a los metales calientes como es en el caso de vajillas, estufas, calentadores o elementos de cuidado del cabello son agentes que producen lesiones de significativa profundidad, aunque no extensas, que llevan varias semanas en resolverse, habitualmente con alguna secuela visible.

El uso de químicos presentes en productos de limpieza o la lavandina en alta concentración dañan la piel y debe evitarse que los más pequeños lo ingieran o entren contacto con ellos.

Y por último advertir sobre la red y artefactos eléctricos, con malas aislaciones, sin protectores (llaves térmicas o disyuntores) puede generar serias quemaduras.

Los más chicos y los mayores son los más vulnerables y se queman con más frecuencia también tienen una piel más delgada, lo que quiere decir que un mismo agente que podría producir apenas un enrojecimiento en la piel del adulto, en ellos, la lesión es más profunda.

Clasificación de las quemaduras

1° Grado (también llamadas “A”): Son las más superficiales. Es una piel enrojecida o con una ampolla, la cual hay que evitar que se infecten. También son las más dolorosas y suelen curar espontáneamente entre los 7 y 10 días.

2° Grado (también llamadas “AB”): Son las de espesor parcial, que pueden variar en más o menos profundo. La piel se regenera dentro de los 20, 25 días.

3° Grado (también llamadas “B”): Lesiones en todo el espesor de la piel, son las más profundas. Es la piel que pasados los 28 días no ha regenerado y que debe movilizarse tejido para su cierre.

Cuando relacionamos profundidad o espesor comprometido con la extensión, es cuando clasificamos las quemaduras en leves, moderadas, graves o críticas. Más del 50% del cuerpo quemado o con otras enfermedades o traumas, al presentar gran riesgo de vida, entran en las llamadas críticas, y que son las tratadas en el Sanatorio AGOTE que cuenta con equipos interdisciplinarios para su sostén clínico y tratamiento.

Cuidados

Al producirse una lesión en la piel, lo primero que hay que hacer es ponerla en agua fría, no helada, y de modo así se frena la lesión inflamatoria.

Y allí evaluar el grado y la extensión de la lesión parta recurrir a una atención especializada inmediata o tomar medidas adecuadas que eviten la infección, calmen el dolor y no compliquen la regeneración de nuevo tejido. Sí la superficie de la piel se ha levantado y produce ampolla o ésta de entrada aparece destruida, en necesario envolver la zona y mantener la quemadura con una humedad controlada. Preferentemente el uso de gasas, si estas contienen algún analgésico, antibiótico o vitamina mejor. No hay que acudir a tópicos alternativos o caseros como cremas no específicas, o pasta dentífrica, frotar verduras, o prácticas de uso popular que no son adecuadas. Es preferible utilizar el agua en forma abundante, mantener limpia la zona y envolverla en un paño de hilo limpio (toallas, algodón o lana desprenden pedacitos de fibra que luego hay que remover del lecho).

Hay dos cosas que van a  aliviar la quemadura: una es  el frio local y la otra, en el caso de que sean quemaduras en las manos o los pies, es recomendable elevarlas. Luego consultar a Centros Especializados e ir notando y comunicando cómo evoluciona la lesión, observar si hubo cambio de color y textura de la piel.

*Asesoró el Dr. Carlos E. Sereday, Coordinador equipo de quemados, Agote N.M 56832 y equipo.

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