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Lula gana tiempo en su batalla legal para evitar ir a la cárcel

Luiz Inacio Lula da Silva ganó tiempo y no irá a la cárcel en los próximos días pese a la ratificación de su condena por corrupción y lavado de dinero. El Supremo Tribunal Federal (STF) en Brasilia aprobó ayer una medida cautelar que impide que el expresidente -favorito para las elecciones de octubre- sea detenido automáticamente la próxima semana, cuando se definan los recursos que su defensa había presentado ante una corte de apelaciones en Porto Alegre.

La mayoría del STF -siete votos a favor y cuatro en contra- también aceptó juzgar el 4 de abril el mérito de un pedido de habeas corpus que los abogados de Lula habían interpuesto ante la Corte para que el expresidente pueda apelar en libertad, hasta las instancias superiores, el fallo del Tribunal Regional Federal de la 4a región (TRF-4), que en enero le impuso una pena de 12 años y un mes de reclusión. Hasta ahora, la jurisprudencia del STF preveía que los condenados en segunda instancia deben empezar a cumplir provisoriamente sus penas de prisión aunque luego puedan apelar al Superior Tribunal de Justicia (STJ) y ante el propio STF.

Esta semana, el TRF-4 anunció que el próximo lunes emitirá sus fundamentos en respuesta a los recursos de Lula, por lo que, en teoría, una vez publicada esa resolución de segunda instancia, el máximo líder del Partido de los Trabajadores (PT) quedaba sujeto a ser arrestado para el cumplimiento de la sentencia. Con la medida cautelar del STF, por ahora se salva de ser arrestado.

El año pasado, como resultado de las investigaciones de la operación Lava Jato, el juez federal Sergio Moro, en Curitiba, halló a Lula culpable de haber recibido de la constructora OAS un departamento tríplex en el balneario paulista de Guarujá como soborno en especie a cambio de garantizarle a la empresa jugosos contratos con la estatal Petrobras durante su gobierno (2003-2010). Los abogados del exmandatario apelaron el fallo, pero en enero el TRF-4 no solo confirmó la condena por unanimidad, sino que además endureció la pena original de nueve años y medio de prisión a los 12 años y un mes que actualmente pesan sobre Lula.

“Estoy con la tranquilidad de los inocentes y ellos con la intranquilidad de los culpables. Saben que montaron una farsa para condenarme”, dijo ayer Lula en medio de una “caravana” para sumar respaldo por los estados del sur del país (Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná). “Lo único que quiero es que alguna instancia superior, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) o el STF, juzgue el mérito del proceso”, agregó.

A diferencia del ambiente positivo en el que se desarrollaron las anteriores tres “caravanas” que realizó en los últimos meses por el noreste y los estados de Minas Gerais, Río de Janeiro y Espíritu Santo, en Rio Grande do Sul el expresidente fue recibido por ruidosas protestas de opositores, principalmente productores rurales, que cruzaron insultos con sus simpatizantes. Ayer, frente a la sede del STF en Brasilia, también hubo manifestaciones a favor y en contra de Lula que casi terminaron en enfrentamientos. Un prenuncio de la tensión que puede ir in crescendo a partir del momento en que se ordene el eventual arresto del popular exmandatario.

La decisión del STF mantiene vivas las esperanzas de Lula de poder competir en las elecciones de octubre, para las que es el gran favorito. Según las encuestas, el líder del PT se ubica primero en la intención de voto, con un 36% de las preferencias, el doble que cualquier otro candidato.

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