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Los mercados le sueltan la mano: el Riesgo País batió el récord de la era Macri

Este jueves significó una continuidad en la trayectoria al alza del indicador, que registró el número más alto en más de cuatro años.
El Riesgo País continuó con su escalada alcista este jueves y llegó a los 804 puntos, a causa de una incesante aversión global después de que la Reserva Federal de Estados Unidos aumentara la tasa de interés. A esto hay que sumarle las dudas políticas y económicas locales.

El indicador elaborado por JP Morgan subió 2,2% (17 unidades), al ritmo que cayeron los bonos soberanos. Es el nivel más alto en más de cuatro años, siendo que el 16 de diciembre de 2014 había alcanzado los 823.

En lo que va de 2018, el indicador acumula un salto de casi 130% desde los 351 registrados a finales de 2017 y en el mes trepa casi 14%.

“El Riesgo País sin techo y el dólar más cerca de la banda inferior. ¿Sostenible? El Fondo (FMI) asegura el repago de la deuda hasta diciembre de 2019 y eso explica en parte el desacople. Pero a la larga, no es sostenible”, analizó Federico Furiase, economista de la consultora Eco Go, en declaraciones que recoge Juan Pablo Marino en ámbito.com.

Otros factores que influyen de acuerdo con la nota son la recesión de la economía, una alta inflación y la incertidumbre frente a las elecciones presidenciales de 2019. También influye la reducción de los rendimientos de la tasa estadounidense a 10 años por el “flight-to-quality”, explicaron en el mercado.

El Riesgo País es un indicador que elabora JP Morgan que mide la diferencia que pagan los bonos del Tesoro de los Estados Unidos respecto a los demás países. Dicho cálculo lo hacen mediante su índice EMBI, que es específico para cada nación (EMBI Argentina, en nuestro caso).

Según explica Ámbito Financiero, el índice mide la sobretasa que debe pagar un bono, en nuestro caso argentino, frente al rendimiento de los títulos a 10 años que emite el Tesoro de los Estados Unidos.

Si el Riesgo País es alto puede repercutir además negativamente en la llegada de inversiones a largo plazo, clave para las obras. También complica las necesidades financieras de un país.

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