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Bullrich cree que la amenaza a Di María está vinculada a “una guerra entre hinchadas”

La ministra de Seguridad nacional descarta que los narcos estén detrás de la intimidación a los familiares del futbolista de la selección. “Creemos que la amenaza a Angel Di María tiene que ver con una guerra de hinchadas después de que dijo que volvería a jugar a Rosario Central”. Entre llamada y llamada con colaboradores, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, hilvanaba una hipótesis sobre la noticia que volvió a poner a la Rosario en la agenda mediática nacional: un mensaje anónimo envuelto en papel de naylon negro que un auto gris Renault Megane tiró en el ingreso del barrio privado de Funes donde el futbolista de la selección nacional tiene un chalet.

Justo hace apenas una semana, Di María había hablado sobre la posibilidad de volver a jugar en Central: “Sería un sueño poder volver, lo voy a decir siempre. Últimamente, estuve viendo lo que pasó en Rosario, eso te influye mucho en la familia. Tengo a mis viejos y a mis hermanas ahí, lo que estuvo pasando me afecta, me choca un montón. Pero las ganas, las ilusiones y el deseo siempre están”, le dijo a ESPN.

No era la primera vez que Di María opinaba sobre la crisis de seguridad. El 11 de marzo había posteado un contundente mensaje ante la ola de asesinatos en Rosario cuando un sicario acribilló al playero Bruno Brussanich. “Pedimos paz”, fue la leyenda con la imagen de una marcha en blanco y negro y una cinta de luto envuelta al Monumento de la Bandera.

La nota con una amenaza contra familiares del futbolista Angel Di María que viven en el barrio cerrado Funes Hills Miraflores fue arrojada la madrugada de este lunes desde un Renault Megane gris. El escrito es una suerte de advertencia para que le digan al jugador que no vuelva a Rosario porque en ese caso le matarían a un familiar.

Según la información preliminar, basada en gran parte en registros de cámaras de vigilancia de la Municipalidad de Funes y un comunicado del jefe de Seguridad del barrio privado, antes de que los ocupantes del vehículo huyeran a gran velocidad se escucharon cuatro detonaciones sobre las cuales no hubo más precisiones porque en el lugar no se hallaron vainas servidas ni impactos de bala. Al parecer el mismo vehículo fue captado en una estación de servicio Puma ubicada sobre la ruta 9, en Funes, donde sus empleados encontraron un casquillo de bala.

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