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Las protestas por la reforma laboral obligan a Francia a recurrir a sus reservas de petróleo

Francia empezó a utilizar sus reservas estratégicas de petróleo para hacer frente a la escasez de combustible debido al conflicto social contra la ley laboral, que afecta a refinerías, puertos y transportes.

El bloqueo de refinerías y depósitos de combustible obligó a recurrir a las reservas “desde hace dos días”, indicó la Unión Francesa de Industrias Petroleras, un anuncio que podría alimentar la inquietud de la opinión pública y hacer aumentar la presión sobre el gobierno socialista. Cinco de las ocho refinerías francesas están paradas total o parcialmente por medidas de huelga y varios depósitos de combustible están bloqueados por huelguistas y manifestantes que se oponen a un proyecto de nueva ley laboral, mientras las autoridades consiguieron levantar el bloqueo de 11 depósitos de combustible.

Según el secretario de Estado de Transportes, Alain Vidalies, el 20% de las 12.000 estaciones de servicio francesas tienen “dificultades” de aprovisionamiento.

El conflicto social, que afecta también los transportes y los puertos, se propagará el jueves a la producción de electricidad dado que se hizo un llamado a la huelga en las centrales nucleares, que suministran el 75% de la electricidad del país. Según el sindicato CGT, al menos 16 de las 19 centrales nucleares francesas votaron por ir a la huelga el jueves. Sin embargo, los efectos en el suministro de electricidad dependerán del número de trabajadores que apoyen la protesta, precisó Jean-Luc Daganaud, un delegado sindical de CGT.

El portavoz del gobierno, Stéphane Le Foll, descartó por ahora la idea de requisar a empleados de las refinerías en huelga, medida pedida por varios políticos de la oposición de derecha para evitar los faltantes de gasolina.

El miércoles de madrugada, la policía intervino para desbloquear un depósito de combustible del norte del país, cuyo acceso estaba cerrado por sindicalistas. Anteriormente, la intervención de la policía contra huelguistas que bloqueaban una refinería y un depósito de combustible provocó la ira de la CGT, principal central sindical de Francia y punta de lanza de la movilización, que replicó con un refuerzo de la movilización.

Dos de los principales puertos franceses, Marsella (sur) y Le Havre (norte) se disponían a unirse al movimiento social. En Le Havre, por donde transitan 40% de las importaciones francesas de crudo, el personal de las terminales petroleras está ya en huelga. “Al cabo de cinco o seis días, no habrá más combustible en los aeropuertos parisinos”, advirtió el alcalde de la ciudad, Edouard Philippe.

El tráfico ferroviario también presentó demoras el miércoles. Las organizaciones patronales pidieron al Estado que “garantice el interés general, la libertad de trabajar y circular”.

 

¿Hacia una movilización más fuerte?

“Mientras el gobierno se niegue a discutir, hay riesgos de que la manifestación se amplíe”, advirtió el miércoles el dirigente de la CGT, Philippe Martinez. Una amenaza tanto más preocupante para el gobierno cuanto la Eurocopa se inicia en Francia dentro de poco más de dos semanas. Según un sondeo publicado el miércoles, 61% de los franceses consideran que el gobierno sería responsable si la Eurocopa fuese perturbada por los movimientos sociales.

Por su parte, la prensa francesa estimaba que la CGT asume grandes riesgos con su posición de enfrentamiento total. “Juegan con fuego porque en este contexto muy tenso, el empantanamiento de un movimiento social puede desembocar en las peores violencias”, escribió el diario regional Sud-Ouest.

El gobierno, por su parte, sostiene que el bloqueo es la obra de una “minoría” que “toma como rehén” al país, y no tiene la intención de retirar el proyecto. La reforma laboral, contra la cual se realizan manifestaciones y huelgas desde más de dos meses, fue aprobado en primera lectura sin votación de los diputados, dado que el gobierno invocó un artículo de la Constitución que permite adoptar un texto sin debate ni voto parlamentario salvo que haya una moción de censura al gobierno.

Según el gobierno, el proyecto apunta a dar mayor flexibilidad a las empresas para luchar contra el desempleo. El texto da mayores poderes a las empresas en materia de organización del tiempo de trabajo y de despidos. Sus detractores consideran que aumentará la precariedad laboral y que la primacía dada a la negociación por empresas sobre las negociaciones por ramas profesionales significará que la ley no será la misma para todos los asalariados.

El gobierno recibió el miércoles una buena noticia en relación al desempleo, que cayó por segundo mes consecutivo en abril.

 

Fuente: Noticias Argentinas

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